Antimanual del Buen Rebelde
Guía de la contrapolítica para subalternos anticapitalistas y antisistémicos
Carlos Antonio Aguirre Rojas
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Desde el nacimiento de editorial Quimantú hemos reescrito retazo tras retazo las huellas de lo propio, de lo nuestro, de las y los invisibilizados por los relatos de la historia oficial, que aplanaba e ignoraba cada recuerdo de nuestras singularidades morenas, negras, mestizas, pobres, inquietas, descontentas. Entonces, ¿Se podrá hacer una Historia de los movimientos sociales y de la protesta social? ¿En qué lugar cabrían las localidades y sus memorias en este tipo de narrativa? ¿Cuál sería la pertinencia territorial de ésta para nuestra periférica región? La generosa publicación que estamos esparciendo y que ha llegado a sus manos, nos sitúa a escala planetaria desde las revueltas del 2011, en hacedores de nuevas formas de rebeldías y transformación social.

En este trascendente lugar, Carlos Aguirre desde una mirada crítica nos sumerge en la espiral de cambios y continuidades de nuestra era actual, permitiéndonos identificar los puntos débiles del sistema-de dominio-mundo que anhelamos destruir, desde donde nuestras resistencias han ido cultivando luchas que han ido modelando las estrategias de los movimientos antisistémicos. Desde las profundidades de nuestros triunfos, derrotas y posibilidades, el zapatismo se aventura como una ruptura en el desenvolvimiento de las luchas anticapitalistas de estos últimos 500 años, convirtiendo a este libro-herramienta en un semillero de conversaciones sobre las identidades construidas desde las negaciones de la ContraHistoria. Sabiamente inyecta nutritivo contenido político e historiográfico a ese carácter “anti” que a veces nos da una errónea o extraña sensación de vacío estático, como si no hubiese nada más que estar en “contra” del sistema. Sin lograr reconocer que desde ese lugar, poco a poco, hemos ido deshaciendo de puro imaginar lo existente las diferentes cabezas de la hydra capitalista, resquebrajando su “imperio de la usura”.

La capucha zapatista abre posibilidades históricas de revuelta a lo largo del mundo, manifestándose con la profunda crisis civilizatoria que evidencia el Capitalismo, desde la hipótesis de nuestro autor. A su vez, desplazaría ese occidental desprecio de las visiones partidistas, etapistas y estadocéntricas, sobre las cuales desde las primeras décadas del siglo XIX se ha constituido la principal tesis política de una vertiente del marxismo. Volviendo a recuperar nuestras formas de sentihacer, de palabrandar, con luces de acciones más que de predicciones, donde más que construir un recetario para “operar”, “manipular”, “aplicar”, vamos equilibrándonos con la pacha y teqse, con nuestros sueños, creaciones que cada vez más, comienzan a sabernos despiertas y protagonistas, siendo el imperativo saber defenderlas, ya que éste es el mayor disfrute que hemos ido abonando.

¿De qué forma se pueden entrelazar las temporalidades capitalistas con aquellas temporalidades que se han ido experienciando a los ritmos y ciclos de la naturaleza, alimentando las múltiples experiencias del Buen Vivir? ¿Por qué las miradas marxistacéntricas al observar el tejido del tiempo histórico, sobre esa misma linealidad progresiva que el capitalismo, no le otorgan la centralidad que corresponde a las culturas y cosmogonías de los diversos pueblos del Abya Yala, que han resistido más de 500 años de deshumanización católica y mercantil?

En este territorio que fluye, por las raíces venas que nos hermanan, resistiendo y manteniendo visiones de mundo que replantean la dialéctica, porque el ser humano se comprende desde la unicidad con la ñuke mapu y con el wenuleufü; en armonía y vinculación con el territorio se va construyendo la AlegRebeldía; las Asambleas como ejercicio político horizontal desde donde se van hilando los encuentros que movilizan. Saberes ancestrales que de boca en boca han ido surcando las continuas marginalidades, labrando las luchas antisistémicas y anticapitalistas, desde la exclusión integradora que tienen una raíz común, en esas formas cotidianas en que los pueblos del Abya Yala experiencian la Comunidad. Sobre aquellas vivencias y aprendizajes de las diversas luchas que han encarado históricamente los pueblos sin historia contra el estado, como diría Clastres, y contra ese mercado de acumulación y extracción deshumanizante, se han ido tejiendo las lenguas de reciprocidad de la Autonomía comunitaria y que hoy tú puedes ir ovillando.

 

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Antimanual del Buen Rebelde
Guía de la contrapolítica para subalternos anticapitalistas y antisistémicos
Carlos Antonio Aguirre Rojas

Desde el nacimiento de editorial Quimantú hemos reescrito retazo tras retazo las huellas de lo propio, de lo nuestro, de las y los invisibilizados por los relatos de la historia oficial, que aplanaba e ignoraba cada recuerdo de nuestras singularidades morenas, negras, mestizas, pobres, inquietas, descontentas. Entonces, ¿Se podrá hacer una Historia de los movimientos sociales y de la protesta social? ¿En qué lugar cabrían las localidades y sus memorias en este tipo de narrativa? ¿Cuál sería la pertinencia territorial de ésta para nuestra periférica región? La generosa publicación que estamos esparciendo y que ha llegado a sus manos, nos sitúa a escala planetaria desde las revueltas del 2011, en hacedores de nuevas formas de rebeldías y transformación social.

En este trascendente lugar, Carlos Aguirre desde una mirada crítica nos sumerge en la espiral de cambios y continuidades de nuestra era actual, permitiéndonos identificar los puntos débiles del sistema-de dominio-mundo que anhelamos destruir, desde donde nuestras resistencias han ido cultivando luchas que han ido modelando las estrategias de los movimientos antisistémicos. Desde las profundidades de nuestros triunfos, derrotas y posibilidades, el zapatismo se aventura como una ruptura en el desenvolvimiento de las luchas anticapitalistas de estos últimos 500 años, convirtiendo a este libro-herramienta en un semillero de conversaciones sobre las identidades construidas desde las negaciones de la ContraHistoria. Sabiamente inyecta nutritivo contenido político e historiográfico a ese carácter “anti” que a veces nos da una errónea o extraña sensación de vacío estático, como si no hubiese nada más que estar en “contra” del sistema. Sin lograr reconocer que desde ese lugar, poco a poco, hemos ido deshaciendo de puro imaginar lo existente las diferentes cabezas de la hydra capitalista, resquebrajando su “imperio de la usura”.

La capucha zapatista abre posibilidades históricas de revuelta a lo largo del mundo, manifestándose con la profunda crisis civilizatoria que evidencia el Capitalismo, desde la hipótesis de nuestro autor. A su vez, desplazaría ese occidental desprecio de las visiones partidistas, etapistas y estadocéntricas, sobre las cuales desde las primeras décadas del siglo XIX se ha constituido la principal tesis política de una vertiente del marxismo. Volviendo a recuperar nuestras formas de sentihacer, de palabrandar, con luces de acciones más que de predicciones, donde más que construir un recetario para “operar”, “manipular”, “aplicar”, vamos equilibrándonos con la pacha y teqse, con nuestros sueños, creaciones que cada vez más, comienzan a sabernos despiertas y protagonistas, siendo el imperativo saber defenderlas, ya que éste es el mayor disfrute que hemos ido abonando.

¿De qué forma se pueden entrelazar las temporalidades capitalistas con aquellas temporalidades que se han ido experienciando a los ritmos y ciclos de la naturaleza, alimentando las múltiples experiencias del Buen Vivir? ¿Por qué las miradas marxistacéntricas al observar el tejido del tiempo histórico, sobre esa misma linealidad progresiva que el capitalismo, no le otorgan la centralidad que corresponde a las culturas y cosmogonías de los diversos pueblos del Abya Yala, que han resistido más de 500 años de deshumanización católica y mercantil?

En este territorio que fluye, por las raíces venas que nos hermanan, resistiendo y manteniendo visiones de mundo que replantean la dialéctica, porque el ser humano se comprende desde la unicidad con la ñuke mapu y con el wenuleufü; en armonía y vinculación con el territorio se va construyendo la AlegRebeldía; las Asambleas como ejercicio político horizontal desde donde se van hilando los encuentros que movilizan. Saberes ancestrales que de boca en boca han ido surcando las continuas marginalidades, labrando las luchas antisistémicas y anticapitalistas, desde la exclusión integradora que tienen una raíz común, en esas formas cotidianas en que los pueblos del Abya Yala experiencian la Comunidad. Sobre aquellas vivencias y aprendizajes de las diversas luchas que han encarado históricamente los pueblos sin historia contra el estado, como diría Clastres, y contra ese mercado de acumulación y extracción deshumanizante, se han ido tejiendo las lenguas de reciprocidad de la Autonomía comunitaria y que hoy tú puedes ir ovillando.

 

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Carlos Antonio Aguirre Rojas

Investigador titular del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, con estudios en Economía e Historia. Es director de la revista Contrahistorias, la otra mirada de Clío, desde el 2003, y miembro del Sistema Nacional de Investigadores de México desde 1988. Fue nombrado Premio Universidad Nacional en el Área de Investigación en Ciencias Sociales en 2013.
Prolífico autor de libros y artículos, encontramos entre sus publicaciones “Microhistoria Italiana. Modo de Empleo” (2009), “Antimanual del mal Historiador” (2002), “Movimientos Antisistémicos. Pensar lo antisistémico en el siglo XXI” (2010), “América Latina en la encrucijada” (2005) y “Contrahistoria de la Revolución Mexicana” (2009).
Sus libros han nacido en distintas partes del mundo, a través de grandes y (mucho más) pequeñas editoriales de México, Guatemala, Cuba, Colombia, Venezuela, Argentina, Brasil, pero también en China, Italia, Francia, Alemania, Rusia, España, Hungría, entre otras. No es la primera vez que publica en Chile, pero poco comparado con otros países, situación que Quimantú espera subsanar en el corto plazo.

Y tú, ¿Qué dices?