CECT: ¡Tortura, nunca más!
Informe de Derechos Humanos 2010
Comisión Ética contra la Tortura
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La labor de la Comisión Ética contra la Tortura es hacernos recordar que la violación a los derechos humanos no quedó encapsulada en los hechos de la dictadura militar, sino que es un cotidiano aún en nuestro país, aunque la imagen del progreso y del desarrollo hecho a fuerza de imágenes televisivas nos diga lo contrario. Editorial Quimantú se suma a la labor de denuncia y protesta en contra de la violación de los derechos humanos iniciando esta colección.

 

“El grueso del Informe se ha centrado en la situación represiva que hoy padece el pueblo mapuche, que viene sufriendo la exclusión y el exterminio para el enriquecimiento de las corporaciones transnacionales, no obstante que ya el Pacto de Quilín de 1641 reconoció la inviolabilidad del territorio y la autodeterminación mapuche al sur del río Bío-Bío.
Y aún cuando los mapuche continúan sufriendo desaparición forzada, torturas, prisión política, condenas con libertad vigilada, medidas cautelares, montajes de la policía, de la ANI, del Ministerio Público y de la prensa, también hay otros grupos sociales que se han visto afectados por la militarización y criminalización de la protesta social. Y la práctica de la tortura que ha agregado este año una nueva víctima como es el asesinato bajo tortura del comerciante Daniel Riquelme quién fue brutalmente golpeado hasta la muerte, por una patrulla de 5 infantes de marina en Hualpén, luego del terremoto del 27 de febrero.
En ese sentido, el propósito de este Informe es insistir en que no podemos vivir sin hacernos responsables de los demás, renunciando al bien individual por el bien común. Son responsables quienes dan su vida por salvar a otros. No puede haber responsabilidad cuando la vida ha perdido su fin, o éste se halla sólo en la comodidad individual o en el éxito fácil. “Cuando la cantidad de culturas relativiza los valores y la “globalización” aplasta con su poder y le impone una uniformidad arrogante, el ser humano, en su desconcierto, pierde el sentido de los valores y de sí mismo y ya no sabe en quién o en qué creer”. (Sábato, Ernesto, “La resistencia”, Seix Barral, B. Aires, 2000, pág. 52). La historia enseña que la condición última del hombre es trascendente y, por tanto, misteriosa. No es posible continuar en la superficie de la vida. La cosificación del hombre, que se plasma en las violaciones de los derechos humanos, en la expoliación de los trabajadores, en el cinismo colectivo, en el mal disfrazado de bien, constituyen los nuevos altares, los nuevos absolutos, los dioses con pies de barro. Las violaciones de los derechos humanos se realizan para imponer la globalización económica que, como huracán, ha pasado por el mundo entero.
La Comisión Ética contra la Tortura está convencida, al igual que el pensador Albert Camus (“Ercilla”, 28-8-49), que nuestra presencia busca afirmar que “la misión del hombre es ser rebelde y combatir el absurdo y la crueldad, luchar por la libertad, la justicia y la felicidad en un mundo que las niega”.

Comisión Ética contra la Tortura (CECT)”.

Extracto de la presentación

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CECT: ¡Tortura, nunca más!
Informe de Derechos Humanos 2010
Comisión Ética contra la Tortura

La labor de la Comisión Ética contra la Tortura es hacernos recordar que la violación a los derechos humanos no quedó encapsulada en los hechos de la dictadura militar, sino que es un cotidiano aún en nuestro país, aunque la imagen del progreso y del desarrollo hecho a fuerza de imágenes televisivas nos diga lo contrario. Editorial Quimantú se suma a la labor de denuncia y protesta en contra de la violación de los derechos humanos iniciando esta colección.

 

“El grueso del Informe se ha centrado en la situación represiva que hoy padece el pueblo mapuche, que viene sufriendo la exclusión y el exterminio para el enriquecimiento de las corporaciones transnacionales, no obstante que ya el Pacto de Quilín de 1641 reconoció la inviolabilidad del territorio y la autodeterminación mapuche al sur del río Bío-Bío.
Y aún cuando los mapuche continúan sufriendo desaparición forzada, torturas, prisión política, condenas con libertad vigilada, medidas cautelares, montajes de la policía, de la ANI, del Ministerio Público y de la prensa, también hay otros grupos sociales que se han visto afectados por la militarización y criminalización de la protesta social. Y la práctica de la tortura que ha agregado este año una nueva víctima como es el asesinato bajo tortura del comerciante Daniel Riquelme quién fue brutalmente golpeado hasta la muerte, por una patrulla de 5 infantes de marina en Hualpén, luego del terremoto del 27 de febrero.
En ese sentido, el propósito de este Informe es insistir en que no podemos vivir sin hacernos responsables de los demás, renunciando al bien individual por el bien común. Son responsables quienes dan su vida por salvar a otros. No puede haber responsabilidad cuando la vida ha perdido su fin, o éste se halla sólo en la comodidad individual o en el éxito fácil. “Cuando la cantidad de culturas relativiza los valores y la “globalización” aplasta con su poder y le impone una uniformidad arrogante, el ser humano, en su desconcierto, pierde el sentido de los valores y de sí mismo y ya no sabe en quién o en qué creer”. (Sábato, Ernesto, “La resistencia”, Seix Barral, B. Aires, 2000, pág. 52). La historia enseña que la condición última del hombre es trascendente y, por tanto, misteriosa. No es posible continuar en la superficie de la vida. La cosificación del hombre, que se plasma en las violaciones de los derechos humanos, en la expoliación de los trabajadores, en el cinismo colectivo, en el mal disfrazado de bien, constituyen los nuevos altares, los nuevos absolutos, los dioses con pies de barro. Las violaciones de los derechos humanos se realizan para imponer la globalización económica que, como huracán, ha pasado por el mundo entero.
La Comisión Ética contra la Tortura está convencida, al igual que el pensador Albert Camus (“Ercilla”, 28-8-49), que nuestra presencia busca afirmar que “la misión del hombre es ser rebelde y combatir el absurdo y la crueldad, luchar por la libertad, la justicia y la felicidad en un mundo que las niega”.

Comisión Ética contra la Tortura (CECT)”.

Extracto de la presentación

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Comisión Ética contra la Tortura

La Comisión Ética contra la Tortura (CECT) es una entidad conformada en marzo de 2001 por organismos de derechos humanos y personalidades de reconocida solvencia moral, con la finalidad de que el Estado de Chile asumiera su responsabilidad respecto de los sobrevivientes de prisión política y tortura durante la dictadura militar. Entre otras, la integran Amnistía Internacional-Chile; el Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas (SOA Watch); el Departamento de Justicia, Paz y Defensa de la Creación de la Conferencia de Religiosos de Chile (CONFERRE); el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ); el Centro de Salud Mental y Derechos Humanos (CINTRAS); la Corporación de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU), la Asociación Americana de Juristas (AAJ); el Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los Pueblos de América Latina (SICSAL); la Coordinación Nacional de Ex Presos Políticos, la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y de Familiares de Ejecutados Políticos; Comisión Ética contra la Tortura de Santiago, Temuco, Valparaíso, San Antonio, y un equipo de trabajo exterior integrado por personas que residen en Francia, Suiza, Canadá, Bélgica e Italia. La CECT – Chile está afiliada a la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT), con sede en Ginebra.

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