José Carlos Mariátegui y el socialismo de Nuestra América
Miguel Mazzeo
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Hace un poco más de un año, lanzamos nuestra primera publicación coeditada entre Quimantú y Tiempo robado editoras. El texto que ponemos a disposición ahora José Carlos Mariátegui y el socialismo de Nuestra América de Miguel Mazzeo, se inscribe en el mismo esfuerzo inicial: aportar mancomunada y solidariamente a los debates para la construcción de proyectos alternativos al modelo neoliberal, desde nuestra trinchera compartida, la de publicaciones a bajo costo y circulando en los diferentes espacios de la organización popular.

Extracto de Nota de las Editoriales

 

“El objetivo principal de este trabajo es incentivar la lectura de la obra de José Carlos Mariátegui. Asimismo, queremos contribuir a la difusión de la producción sobre su vida y su pensamiento que hemos tenido la posibilidad de consultar y que es sólo una módica parte de lo mucho que sobre él se ha escrito hasta hoy. Por lo tanto, hemos optado por la copiosidad y por cierta rigurosidad a la hora de las referencias bibliográficas vinculadas a la obra del amauta y de los autores consultados. Vale aclarar que no se trata de una concesión a los modos tediosos del campo académico. Nos resulta imposible pasar por alto el hecho de que estamos abordando una figura que supo definirse como extrauniversitaria, incluso antiuniversitaria, exenta de todo pedantismo doctrinal y toda preocupación de ortodoxia.
Consideramos que, en líneas generales, este trabajo presenta la estructura de un boceto con aspiraciones de ensayo; el género que nos parece más adecuado para responder a las necesidades políticas y existenciales imperiosas. El boceto con ansias de ensayo tal vez sea el género independiente por antonomasia, sustancial y libre, crítico y partícipe y, muchas veces, emboscado y clandestino. Se jacta de su parcialidad y sabe desplegar, con impulso de río, ideas inequívocas pero siempre harto discutibles. Sirve para poner a prueba la resistencia de las amalgamas elaboradas con registros heterogéneos, favorece el intercalado de asociaciones y especulaciones, de intermezzos e impromptus, y patrocina todos los mestizajes. Además ofrece cuadros amplios, planos abiertos, susceptibles de ser completados. Por otra parte, los objetos que pretendemos representar son inagotables. Este género nos parece la estrategia simbólica y la forma expresiva más adecuada para una escritura militante, no sólo porque delata itinerarios y búsquedas personales y colectivas, no sólo porque actúa sobre la realidad y promueve la acción, sino porque, con un énfasis casi gótico, rechaza las formas conclusas e intenta despertar la ilusión del camino.
Proponemos una forma poco severa y poco consumada de lo esquemático, una secuencia abierta y no una forma geométrica cerrada. Ofrecemos textos que no siguen ningún canon fijo, textos “antiáulicos”, con vocación espontánea, que reivindican su incompatibilidad con el conocimiento regulado e institucionalizado. Aspiramos a una escritura orgánica y con función dinámica, que se corresponda con este tiempo transicional y que aporte a una “crítica desde abajo”.
Los libros que Mariátegui concibió como tales fueron pocos, La escena contemporánea (1925) y los Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana (1928). Después de su muerte, en abril de 1930, se publicaron los trabajos que había llegado a organizar en vida: Defensa del marxismo (1934), El alma matinal y otras estaciones del hombre de hoy (1950) y La novela y la vida (1955). El resto son compilaciones de sus trabajos hechas por familiares y amigos, que por lo general toman el título de las secciones de las publicaciones en las que aparecieron. Sin dejar de destacar la importancia de esta iniciativa, hay que decir que la organización de sus escritos por temas tal vez no sea la mejor para un recorrido histórico y unitario.
Para contribuir al conocimiento cabal de la obra de Mariátegui, citamos el artículo, la conferencia, el documento o la carta y aclaramos el título, la fecha y el nombre de la publicación donde vieron la luz (por lo general revistas y periódicos: Mundial, Variedades, El Tiempo, Amauta, etc.). Luego remitimos al título de la obra en la que el trabajo fue compilado. Para agilizar la lectura, presentamos a continuación una tabla de referencias. Los datos de edición de las obras del amauta citadas se encuentran al final, en la primera parte de la bibliografía.
Hemos puesto especial cuidado de no caer en la arrogancia típica de los manuales y las literaturas edificantes similares. Este libro no es un “para leer a Mariátegui”, (al modo althusseriano) ni aspira a esa categoría. Lejos de todo recetismo, queremos contribuir a que cada lector y cada lectora descubra y construya su propio Mariátegui. Para eso le mostramos el nuestro, y le recomendamos encarecidamente su lectura directa.
En una dimensión más íntima, aspiramos a construir un diálogo con las tradiciones, las temporalidades, los saberes, en fin, las cosmovisiones de los movimientos “societarios” condensadores de sociedades en movimiento, portadores de proyectos civilizatorios. Le asignamos a ese diálogo carácter estratégico.
Quienes queremos favorecer procesos de construcción de lazos sociales alternativos a los del capital o por lo menos no compatibles con este sistema (lazos comunitarios o comunistas, fundamento de un proceso revolucionario) en donde no existen, ya sea porque nunca existieron o porque se han abandonado, debemos asimilar las experiencias de los y las que supieron construirlos y resguardarlos. Tal vez, porque nos sobra barrio y nos falta “mundo”, porque no actuamos seducidos por una condición “exótica”, no estamos en tan malas condiciones para intentar ese diálogo. Puede que la barrera se nos convierta en acicate. No será la primera vez que la profundización de una modesta particularidad contribuya a la comunicación, a la acción de compartir y de transformar.
Nadie podrá atribuirnos debilidad ante las modas y los circuitos domesticados; tampoco motivos egoístas. Es evidente que reivindicamos para los intelectuales una función en desuso, sin afanes compensatorios, refractaria a las demostraciones de servilismo, típicas de la profesión, mucho más en estos tiempos. Lejos de toda vocación taumatúrgica y “externa”, sin considerarnos la “expresión” del punto de vista de un sector, asumimos un puesto en la acción colectiva –como recomendaba el propio Mariátegui– y persistimos en la tarea de proveer de sentido (aunque más no sea uno modesto y primario) a una comunidad política concreta y nuestra”.

Miguel Mazzeo

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José Carlos Mariátegui y el socialismo de Nuestra América
Miguel Mazzeo

Hace un poco más de un año, lanzamos nuestra primera publicación coeditada entre Quimantú y Tiempo robado editoras. El texto que ponemos a disposición ahora José Carlos Mariátegui y el socialismo de Nuestra América de Miguel Mazzeo, se inscribe en el mismo esfuerzo inicial: aportar mancomunada y solidariamente a los debates para la construcción de proyectos alternativos al modelo neoliberal, desde nuestra trinchera compartida, la de publicaciones a bajo costo y circulando en los diferentes espacios de la organización popular.

Extracto de Nota de las Editoriales

 

“El objetivo principal de este trabajo es incentivar la lectura de la obra de José Carlos Mariátegui. Asimismo, queremos contribuir a la difusión de la producción sobre su vida y su pensamiento que hemos tenido la posibilidad de consultar y que es sólo una módica parte de lo mucho que sobre él se ha escrito hasta hoy. Por lo tanto, hemos optado por la copiosidad y por cierta rigurosidad a la hora de las referencias bibliográficas vinculadas a la obra del amauta y de los autores consultados. Vale aclarar que no se trata de una concesión a los modos tediosos del campo académico. Nos resulta imposible pasar por alto el hecho de que estamos abordando una figura que supo definirse como extrauniversitaria, incluso antiuniversitaria, exenta de todo pedantismo doctrinal y toda preocupación de ortodoxia.
Consideramos que, en líneas generales, este trabajo presenta la estructura de un boceto con aspiraciones de ensayo; el género que nos parece más adecuado para responder a las necesidades políticas y existenciales imperiosas. El boceto con ansias de ensayo tal vez sea el género independiente por antonomasia, sustancial y libre, crítico y partícipe y, muchas veces, emboscado y clandestino. Se jacta de su parcialidad y sabe desplegar, con impulso de río, ideas inequívocas pero siempre harto discutibles. Sirve para poner a prueba la resistencia de las amalgamas elaboradas con registros heterogéneos, favorece el intercalado de asociaciones y especulaciones, de intermezzos e impromptus, y patrocina todos los mestizajes. Además ofrece cuadros amplios, planos abiertos, susceptibles de ser completados. Por otra parte, los objetos que pretendemos representar son inagotables. Este género nos parece la estrategia simbólica y la forma expresiva más adecuada para una escritura militante, no sólo porque delata itinerarios y búsquedas personales y colectivas, no sólo porque actúa sobre la realidad y promueve la acción, sino porque, con un énfasis casi gótico, rechaza las formas conclusas e intenta despertar la ilusión del camino.
Proponemos una forma poco severa y poco consumada de lo esquemático, una secuencia abierta y no una forma geométrica cerrada. Ofrecemos textos que no siguen ningún canon fijo, textos “antiáulicos”, con vocación espontánea, que reivindican su incompatibilidad con el conocimiento regulado e institucionalizado. Aspiramos a una escritura orgánica y con función dinámica, que se corresponda con este tiempo transicional y que aporte a una “crítica desde abajo”.
Los libros que Mariátegui concibió como tales fueron pocos, La escena contemporánea (1925) y los Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana (1928). Después de su muerte, en abril de 1930, se publicaron los trabajos que había llegado a organizar en vida: Defensa del marxismo (1934), El alma matinal y otras estaciones del hombre de hoy (1950) y La novela y la vida (1955). El resto son compilaciones de sus trabajos hechas por familiares y amigos, que por lo general toman el título de las secciones de las publicaciones en las que aparecieron. Sin dejar de destacar la importancia de esta iniciativa, hay que decir que la organización de sus escritos por temas tal vez no sea la mejor para un recorrido histórico y unitario.
Para contribuir al conocimiento cabal de la obra de Mariátegui, citamos el artículo, la conferencia, el documento o la carta y aclaramos el título, la fecha y el nombre de la publicación donde vieron la luz (por lo general revistas y periódicos: Mundial, Variedades, El Tiempo, Amauta, etc.). Luego remitimos al título de la obra en la que el trabajo fue compilado. Para agilizar la lectura, presentamos a continuación una tabla de referencias. Los datos de edición de las obras del amauta citadas se encuentran al final, en la primera parte de la bibliografía.
Hemos puesto especial cuidado de no caer en la arrogancia típica de los manuales y las literaturas edificantes similares. Este libro no es un “para leer a Mariátegui”, (al modo althusseriano) ni aspira a esa categoría. Lejos de todo recetismo, queremos contribuir a que cada lector y cada lectora descubra y construya su propio Mariátegui. Para eso le mostramos el nuestro, y le recomendamos encarecidamente su lectura directa.
En una dimensión más íntima, aspiramos a construir un diálogo con las tradiciones, las temporalidades, los saberes, en fin, las cosmovisiones de los movimientos “societarios” condensadores de sociedades en movimiento, portadores de proyectos civilizatorios. Le asignamos a ese diálogo carácter estratégico.
Quienes queremos favorecer procesos de construcción de lazos sociales alternativos a los del capital o por lo menos no compatibles con este sistema (lazos comunitarios o comunistas, fundamento de un proceso revolucionario) en donde no existen, ya sea porque nunca existieron o porque se han abandonado, debemos asimilar las experiencias de los y las que supieron construirlos y resguardarlos. Tal vez, porque nos sobra barrio y nos falta “mundo”, porque no actuamos seducidos por una condición “exótica”, no estamos en tan malas condiciones para intentar ese diálogo. Puede que la barrera se nos convierta en acicate. No será la primera vez que la profundización de una modesta particularidad contribuya a la comunicación, a la acción de compartir y de transformar.
Nadie podrá atribuirnos debilidad ante las modas y los circuitos domesticados; tampoco motivos egoístas. Es evidente que reivindicamos para los intelectuales una función en desuso, sin afanes compensatorios, refractaria a las demostraciones de servilismo, típicas de la profesión, mucho más en estos tiempos. Lejos de toda vocación taumatúrgica y “externa”, sin considerarnos la “expresión” del punto de vista de un sector, asumimos un puesto en la acción colectiva –como recomendaba el propio Mariátegui– y persistimos en la tarea de proveer de sentido (aunque más no sea uno modesto y primario) a una comunidad política concreta y nuestra”.

Miguel Mazzeo

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Miguel Mazzeo

Es docente en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y en la Universidad de Lanús (UNLa). Participa en espacios de formación de distintas organizaciones populares y en diversas Cátedras Libres en Buenos Aires y en el interior del país. Fue Coordinador Nacional de la Cátedra Libre Universidad y Movimientos Sociales en la Universidad de La Plata (UNLP) en 2005 y de la Cátedra Abierta América Latina en la Universidad de Mar del Plata (UNMdP) en 2006 y en 2010. Autor de numerosos libros entre los que se destacan: ¿Qué (no) hacer? (Quimantú, 2016), El Sueño de Una cosa, Invitación al descubrimiento, José Carlos Mariátegui y el Socialismo de Nuestra América (Quimantú/Tiempos Robados, 2017) y Poder popular y nación Conjurar a Babel.

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