Los ojos de Catalina
La historia detrás del montaje en Rinconada de Maipú
Nicky Cerón Blau, Esteban Miranda Chávez y Matías Rodríguez Sapiain
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Escarbar en la memoria es un ejercicio necesario para entender el presente y proyectar el futuro. Bajo esta premisa, como editorial, nos hemos dado a la tarea de publicar herramientas-libros que nos ayuden con esa tarea, a colectivos, organizaciones, a personas comunes y corrientes que sienten el bichito de que lo que cuenta la historia oficial, son verdades a medias o mentiras tajantes.
Es en esta perspectiva que sale a la luz este libro, bajo la necesidad de ir sumando piezas para contar la historia desde abajo y a la izquierda, con nuestras voces, con nuestros protagonistas, con nuestros espacios y territorios.
Lamentablemente esta otra historia, está llena de tragedia, del pueblo golpeado y reprimido. Sin embargo, sabemos que detrás de tanta muerte e injusticia, siempre hay vidas lindas que han luchado por un mundo mejor, llenas de risa y amor.
Así es “Los ojos de Catalina”, la historia de la familia Gallardo-Moreno, signada por la muerte de cinco de sus integrantes, que rescata la vida, sueños y proyectos de quienes lucharon contra la dictadura, y la dura batalla de los sobrevivientes por encontrar Verdad y Justicia, sin dejar de participar, apoyar y vivir para construir este otro mundo, más solidario y justo.
Se agradece la valentía de contar y hacer el ejercicio de la memoria, pero sobre todo, del recuerdo, de volver a pasar por el corazón.

***

El libro que aquí presentamos es el fruto de décadas de sentidos anhelos y de arduas luchas de los sobrevivientes de la Familia Gallardo Moreno, y fue parido tras un arduo trabajo de investigación mancomunada que se extendió desde fines de 2014 hasta los primeros meses del 2017. Su publicación, como nos confesaron en varias oportunidades durante las largas reuniones que sostuvimos en Renca al calor de un buen té y al son de una que otra risa, es la materialización de una “deuda”, hasta hoy, impaga. No obstante, para nosotros es también la concreción de una deuda histórica y política no sólo con la verdad y la justicia, sino también con la memoria de nuestros muertos y con su proyección en los caminos que ha trazado –y sigue trazando– nuestro pueblo en los días que nos toca vivir. Es, ante todo, una deuda con nuestra propia generación: la que no vivió en dictadura, pero que se enfrenta día a día contra sus más cruentos legados.
La familia Gallardo Moreno era una familia chilena común y corriente: Ofelia y Alberto, los padres de familia, sus cuatro hijos, Guillermo, Catalina, Roberto e Isabel, Mónica (esposa de Roberto), Rolando (esposo de Catalina) y Juan (esposo de Isabel), cristianos practicantes de origen proletario y de ideología de izquierda. Sin embargo, sucesos muy particulares atraviesan su historia: entre el 18 y el 19 de noviembre de 1975, sin mediar más que unas horas, cuatro de sus integrantes –y uno más en octubre de 1976– fueron asesinados. Alberto Recaredo Gallardo Pacheco, de 62 años; Roberto Gallardo Moreno, de 25; Catalina Ester Gallardo Moreno, de 29; Mónica del Carmen Pacheco Sánchez, de 25 años y embarazada de tres meses; y Rolando Juan Rodríguez Cordero, de 31 años, son los nombres de quienes vivieron directamente los estragos más brutales de la represión dictatorial en Chile.
Las circunstancias de sus muertes sólo se han ido despejando con el tiempo. Según señala el Informe Rettig, el caso Montaje Rinconada de Maipú comienza el 17 de noviembre de 1975, cuando un grupo del MIR, en el que se encontraban Catalina, Roberto, Mónica y Rolando, intentan recuperar armamento de un recinto del ejército ubicado en el Barrio Franklin, que deriva en un enfrentamiento en donde muere, baleado por la espalda, Roberto Gallardo Moreno y el soldado Hernán Salinas Calderón. Al día siguiente, agentes de Investigaciones detienen a Alberto, Ofelia, Catalina, Isabel, Guillermo y Mónica, además de los menores Viviana Gallardo (hija de Guillermo) y Alberto Rodríguez (hijo de Catalina y Rolando, de nueve meses).
En la mañana del 19 de noviembre, son liberados Ofelia, Isabel, Guillermo y los menores, mientras que Alberto, Catalina y Mónica son llevados a Villa Grimaldi, donde son torturados y posteriormente, asesinados. Para encubrir sus muertes, en la tarde del 19 se difundió un comunicado de la DINACOS en que se relata el enfrentamiento del Barrio Franklin y que después de múltiples diligencias, los involucrados fueron encontrados en el sector de Rinconada de Maipú, donde se produce otro enfrentamiento en donde mueren Catalina Gallardo Moreno, Alberto Gallardo Pacheco, Mónica Pacheco Sánchez y los otros militantes que participaron en la recuperación de armamento, Luis Ganga Torres, Manuel Reyes Garrido y Pedro Cortés Jelves.
Para validar la versión oficial, los periodistas Julio López Blanco, Roberto Araya y Claudio Sánchez, realizaron despachos para Televisión Nacional de Chile y Canal 13, en donde muestran pruebas del supuesto enfrentamiento en Maipú sin más información que la entregada por la DINA. El comunicado de DINACOS se difunde ampliamente en la prensa oficial.
Rolando, que había logrado sortear el cerco represivo, murió acribillado casi un año después, en la comuna de Macul, a plena luz del día junto a su amigo y compañero Mauricio Carrasco.
Es precisamente el carácter excepcional de sus muertes lo que, probablemente, marca hasta el día de hoy el relato sobre la familia Gallardo. El trágico final de cinco de sus integrantes fue señalado, durante muchos años, como la única referencia a esta familia. Y es que, en un país donde los Derechos Humanos siguen siendo un espacio de negociación para la clase política civil, la muerte ha sido, por más de cuatro décadas, un silencio infranqueable que sólo ha podido ser disipado con la incasable lucha por la verdad y la justicia. Pero allí, detrás de la muerte, se escondía algo más. En cada conversación, en cada encuentro y en cada conmemoración, los sucesivos embates del recuerdo permitieron que se hiciera visible, entre palabra y palabra, una dimensión igualmente necesaria: el relato sobre sus vidas. Al poco andar, la mirada comenzó a dirigirse hacia otro punto. Después de todo, detrás de cada uno de esos nombres había también una historia, y detrás de cada una de esas historias se encontraban, como diría Mario Garcés, las memorias en resistencia de sujetos de carne y hueso que fueron protagonistas de uno de los períodos más convulsionados de la historia de Chile: el triunfo de la Unidad Popular en 1970 y la contrarrevolución cívico-militar tras el golpe de Estado de 1973.
Sumándonos a esa pulsión por la vida, no quisimos rescatar parcialmente las memorias sobre la familia Gallardo, ni narrar una historia todavía incompleta. No pretendemos tampoco, parafraseando a Gabriel Salazar, dividir sus vidas en facetas –algunas “más políticas” u otras “menos conscientes”– sino analizar, por el contrario, el complejo entramado de su accionar cotidiano, y, en un ejercicio constante de reconstrucción de diversos relatos fragmentados, adentrarnos en un aspecto central de sus vidas: la convicción en el necesario diálogo entre el compromiso cristiano y la militancia revolucionaria.
En ese camino, y parafraseando a los propios familiares de Alberto, Catalina, Roberto, Mónica y Rolando en cada conmemoración, nuestra labor será congregarnos –para escribir y leer estas líneas– no sólo para recordar su muerte, sino también su vida. A través del relato sobre las vivencias de los protagonistas de esta historia, creemos que se encuentran señales e indicios de otra realidad posible, de un Chile diferente. En medio de la Guerra Fría, siguiendo el rumbo abierto tras la Revolución Cubana, en pleno apogeo del Movimiento de Pobladores, cruzados por el florecimiento de la Teología de la Liberación y por la irrupción de los pobres en la Iglesia, al ritmo del Canto Nuevo y sumándose al impulso de las organizaciones revolucionarias: allí se encontraban Alberto, Mónica, Roberto, Catalina y Rolando. En aquel preciso espacio dieron curso a su militancia, a su compromiso cristiano y a su irrenunciable trabajo por la construcción de una sociedad nueva. Por eso los asesinaron, pero por eso hoy también los recordamos.
El primer capítulo narra y analiza el compromiso cristiano y la militancia revolucionaria de los integrantes de la Familia Gallardo Moreno, poniendo énfasis en la experiencia de vida de cada uno de sus integrantes. Por su parte, el segundo capítulo aborda el montaje comunicacional en Rinconada de Maipú, el asesinato de algunos de sus integrantes en Villa Grimaldi, y el desmontaje iniciado tras las primeras indagaciones iniciadas por el Tribunal de Ética del Colegio de Periodistas. Por último, y en un intento por reivindicar también la lucha de los sobrevivientes y rescatar la figura de Ofelia Moreno como viga maestra de este relato, ahondamos en su participación en la lucha por la defensa de los Derechos Humanos, en la organización poblacional y de mujeres, y en la rearticulación del movimiento popular en Renca.
A pesar de lo específico y particular que pudiese parecer este ejercicio, la verdad es que las páginas que siguen no relatan sólo la historia de una familia, sino la de un país entero que supo organizarse, resistir y levantarse con fuerza y dignidad, una y otra vez. Desde una posición particular, la historia de cada uno de los integrantes de la Familia Gallardo se transformó en la expresión de un proceso mayor y más complejo, de un tranco decidido a cambiar todo lo que debía ser cambiado. Además, para nosotros, la historia que aquí relatamos, con sus aciertos y errores, puede y debe convertirse en una herramienta que, a la luz de nuestros propios desafíos, nos sirva para analizar la realidad y transformarla radicalmente. Esa es, al fin y al cabo, nuestra invitación.

Los autores

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Los ojos de Catalina
La historia detrás del montaje en Rinconada de Maipú
Nicky Cerón Blau, Esteban Miranda Chávez y Matías Rodríguez Sapiain

Escarbar en la memoria es un ejercicio necesario para entender el presente y proyectar el futuro. Bajo esta premisa, como editorial, nos hemos dado a la tarea de publicar herramientas-libros que nos ayuden con esa tarea, a colectivos, organizaciones, a personas comunes y corrientes que sienten el bichito de que lo que cuenta la historia oficial, son verdades a medias o mentiras tajantes.
Es en esta perspectiva que sale a la luz este libro, bajo la necesidad de ir sumando piezas para contar la historia desde abajo y a la izquierda, con nuestras voces, con nuestros protagonistas, con nuestros espacios y territorios.
Lamentablemente esta otra historia, está llena de tragedia, del pueblo golpeado y reprimido. Sin embargo, sabemos que detrás de tanta muerte e injusticia, siempre hay vidas lindas que han luchado por un mundo mejor, llenas de risa y amor.
Así es “Los ojos de Catalina”, la historia de la familia Gallardo-Moreno, signada por la muerte de cinco de sus integrantes, que rescata la vida, sueños y proyectos de quienes lucharon contra la dictadura, y la dura batalla de los sobrevivientes por encontrar Verdad y Justicia, sin dejar de participar, apoyar y vivir para construir este otro mundo, más solidario y justo.
Se agradece la valentía de contar y hacer el ejercicio de la memoria, pero sobre todo, del recuerdo, de volver a pasar por el corazón.

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El libro que aquí presentamos es el fruto de décadas de sentidos anhelos y de arduas luchas de los sobrevivientes de la Familia Gallardo Moreno, y fue parido tras un arduo trabajo de investigación mancomunada que se extendió desde fines de 2014 hasta los primeros meses del 2017. Su publicación, como nos confesaron en varias oportunidades durante las largas reuniones que sostuvimos en Renca al calor de un buen té y al son de una que otra risa, es la materialización de una “deuda”, hasta hoy, impaga. No obstante, para nosotros es también la concreción de una deuda histórica y política no sólo con la verdad y la justicia, sino también con la memoria de nuestros muertos y con su proyección en los caminos que ha trazado –y sigue trazando– nuestro pueblo en los días que nos toca vivir. Es, ante todo, una deuda con nuestra propia generación: la que no vivió en dictadura, pero que se enfrenta día a día contra sus más cruentos legados.
La familia Gallardo Moreno era una familia chilena común y corriente: Ofelia y Alberto, los padres de familia, sus cuatro hijos, Guillermo, Catalina, Roberto e Isabel, Mónica (esposa de Roberto), Rolando (esposo de Catalina) y Juan (esposo de Isabel), cristianos practicantes de origen proletario y de ideología de izquierda. Sin embargo, sucesos muy particulares atraviesan su historia: entre el 18 y el 19 de noviembre de 1975, sin mediar más que unas horas, cuatro de sus integrantes –y uno más en octubre de 1976– fueron asesinados. Alberto Recaredo Gallardo Pacheco, de 62 años; Roberto Gallardo Moreno, de 25; Catalina Ester Gallardo Moreno, de 29; Mónica del Carmen Pacheco Sánchez, de 25 años y embarazada de tres meses; y Rolando Juan Rodríguez Cordero, de 31 años, son los nombres de quienes vivieron directamente los estragos más brutales de la represión dictatorial en Chile.
Las circunstancias de sus muertes sólo se han ido despejando con el tiempo. Según señala el Informe Rettig, el caso Montaje Rinconada de Maipú comienza el 17 de noviembre de 1975, cuando un grupo del MIR, en el que se encontraban Catalina, Roberto, Mónica y Rolando, intentan recuperar armamento de un recinto del ejército ubicado en el Barrio Franklin, que deriva en un enfrentamiento en donde muere, baleado por la espalda, Roberto Gallardo Moreno y el soldado Hernán Salinas Calderón. Al día siguiente, agentes de Investigaciones detienen a Alberto, Ofelia, Catalina, Isabel, Guillermo y Mónica, además de los menores Viviana Gallardo (hija de Guillermo) y Alberto Rodríguez (hijo de Catalina y Rolando, de nueve meses).
En la mañana del 19 de noviembre, son liberados Ofelia, Isabel, Guillermo y los menores, mientras que Alberto, Catalina y Mónica son llevados a Villa Grimaldi, donde son torturados y posteriormente, asesinados. Para encubrir sus muertes, en la tarde del 19 se difundió un comunicado de la DINACOS en que se relata el enfrentamiento del Barrio Franklin y que después de múltiples diligencias, los involucrados fueron encontrados en el sector de Rinconada de Maipú, donde se produce otro enfrentamiento en donde mueren Catalina Gallardo Moreno, Alberto Gallardo Pacheco, Mónica Pacheco Sánchez y los otros militantes que participaron en la recuperación de armamento, Luis Ganga Torres, Manuel Reyes Garrido y Pedro Cortés Jelves.
Para validar la versión oficial, los periodistas Julio López Blanco, Roberto Araya y Claudio Sánchez, realizaron despachos para Televisión Nacional de Chile y Canal 13, en donde muestran pruebas del supuesto enfrentamiento en Maipú sin más información que la entregada por la DINA. El comunicado de DINACOS se difunde ampliamente en la prensa oficial.
Rolando, que había logrado sortear el cerco represivo, murió acribillado casi un año después, en la comuna de Macul, a plena luz del día junto a su amigo y compañero Mauricio Carrasco.
Es precisamente el carácter excepcional de sus muertes lo que, probablemente, marca hasta el día de hoy el relato sobre la familia Gallardo. El trágico final de cinco de sus integrantes fue señalado, durante muchos años, como la única referencia a esta familia. Y es que, en un país donde los Derechos Humanos siguen siendo un espacio de negociación para la clase política civil, la muerte ha sido, por más de cuatro décadas, un silencio infranqueable que sólo ha podido ser disipado con la incasable lucha por la verdad y la justicia. Pero allí, detrás de la muerte, se escondía algo más. En cada conversación, en cada encuentro y en cada conmemoración, los sucesivos embates del recuerdo permitieron que se hiciera visible, entre palabra y palabra, una dimensión igualmente necesaria: el relato sobre sus vidas. Al poco andar, la mirada comenzó a dirigirse hacia otro punto. Después de todo, detrás de cada uno de esos nombres había también una historia, y detrás de cada una de esas historias se encontraban, como diría Mario Garcés, las memorias en resistencia de sujetos de carne y hueso que fueron protagonistas de uno de los períodos más convulsionados de la historia de Chile: el triunfo de la Unidad Popular en 1970 y la contrarrevolución cívico-militar tras el golpe de Estado de 1973.
Sumándonos a esa pulsión por la vida, no quisimos rescatar parcialmente las memorias sobre la familia Gallardo, ni narrar una historia todavía incompleta. No pretendemos tampoco, parafraseando a Gabriel Salazar, dividir sus vidas en facetas –algunas “más políticas” u otras “menos conscientes”– sino analizar, por el contrario, el complejo entramado de su accionar cotidiano, y, en un ejercicio constante de reconstrucción de diversos relatos fragmentados, adentrarnos en un aspecto central de sus vidas: la convicción en el necesario diálogo entre el compromiso cristiano y la militancia revolucionaria.
En ese camino, y parafraseando a los propios familiares de Alberto, Catalina, Roberto, Mónica y Rolando en cada conmemoración, nuestra labor será congregarnos –para escribir y leer estas líneas– no sólo para recordar su muerte, sino también su vida. A través del relato sobre las vivencias de los protagonistas de esta historia, creemos que se encuentran señales e indicios de otra realidad posible, de un Chile diferente. En medio de la Guerra Fría, siguiendo el rumbo abierto tras la Revolución Cubana, en pleno apogeo del Movimiento de Pobladores, cruzados por el florecimiento de la Teología de la Liberación y por la irrupción de los pobres en la Iglesia, al ritmo del Canto Nuevo y sumándose al impulso de las organizaciones revolucionarias: allí se encontraban Alberto, Mónica, Roberto, Catalina y Rolando. En aquel preciso espacio dieron curso a su militancia, a su compromiso cristiano y a su irrenunciable trabajo por la construcción de una sociedad nueva. Por eso los asesinaron, pero por eso hoy también los recordamos.
El primer capítulo narra y analiza el compromiso cristiano y la militancia revolucionaria de los integrantes de la Familia Gallardo Moreno, poniendo énfasis en la experiencia de vida de cada uno de sus integrantes. Por su parte, el segundo capítulo aborda el montaje comunicacional en Rinconada de Maipú, el asesinato de algunos de sus integrantes en Villa Grimaldi, y el desmontaje iniciado tras las primeras indagaciones iniciadas por el Tribunal de Ética del Colegio de Periodistas. Por último, y en un intento por reivindicar también la lucha de los sobrevivientes y rescatar la figura de Ofelia Moreno como viga maestra de este relato, ahondamos en su participación en la lucha por la defensa de los Derechos Humanos, en la organización poblacional y de mujeres, y en la rearticulación del movimiento popular en Renca.
A pesar de lo específico y particular que pudiese parecer este ejercicio, la verdad es que las páginas que siguen no relatan sólo la historia de una familia, sino la de un país entero que supo organizarse, resistir y levantarse con fuerza y dignidad, una y otra vez. Desde una posición particular, la historia de cada uno de los integrantes de la Familia Gallardo se transformó en la expresión de un proceso mayor y más complejo, de un tranco decidido a cambiar todo lo que debía ser cambiado. Además, para nosotros, la historia que aquí relatamos, con sus aciertos y errores, puede y debe convertirse en una herramienta que, a la luz de nuestros propios desafíos, nos sirva para analizar la realidad y transformarla radicalmente. Esa es, al fin y al cabo, nuestra invitación.

Los autores

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LANZAMIENTO El sábado 18 de noviembre en el Parque por la Paz Villa Grimaldi se presentó el libro. Participaron sus autores, la familia Gallardo-Moreno quienes. En la oportunidad también presentó la publicación el historiador Mario Garcés, la lingüista Lelia Pérez y el periodista Mauricio Weibel.

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Nicky Cerón Blau, Esteban Miranda Chávez y Matías Rodríguez Sapiain

Nicky Cerón Blau. Licenciado en Historia (Universidad de Chile). Su interés se centra en indagar y analizar los orígenes y el desarrollo del movimiento de pobres urbanos en Chile, especialmente a través de investigaciones sobre el Movimiento Social Arrendatario y el Movimiento de Pobladores. Es miembro del Núcleo de Historia Social Popular de la Universidad de Chile y militante del Movimiento de Pobladoras/es Vivienda Digna.
Esteban Miranda Chávez. Magíster en Historia (Universidad de Santiago de Chile) y Licenciado en Historia (Universidad de Chile). Sus investigaciones buscan comprender el desarrollo del cristianismo popular en América Latina y la relación entre la Teología de la Liberación y el Movimiento de Pobladores en Chile. Es miembro del Núcleo de Historia Social Popular de la Universidad de Chile, del Taller de Análisis de Movimientos Sociales de la ONG ECO y militante del Colectivo Caracol.
Matías Rodríguez Sapiain. Egresado del Programa de Licenciatura en Historia (Universidad de Chile). Su trabajo va en la búsqueda de comprender el desarrollo y las transformaciones del mutualismo y la organización obrera en Chile. Es miembro del Núcleo de Historia Social Popular de la Universidad de Chile.

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