Poecía Sivil
Manuel Sánchez
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“Bajo este insólito título el cantor “A lo poeta” Manuel Sánchez se atreve a publicar su “libreta” de versos. Eso no ocurría antes, el Cantor a lo Poeta guardaba sus versos en la intimidad de su hogar y de su grupo. Sólo llegábamos a conocer algo de su repertorio si asistíamos a una rueda de cantores; terminado este ritual, cada uno seguía el curso de su vida sencilla y a veces anónima.
Fue el caso del cantor, don Emilio Lobos de Pirque, anciano maestro de este arte, descubierto (Si así se puede decir) por Nicanor Parra, que lo invitó a su casa para conocer en la intimidad a un ejemplar venerable de ésta cofradía de troveros Chilenos. Fue él quien inició a Violeta en éste género de poesía cantada, que hasta entonces era una exclusividad de los varones y gracias a Violeta éste arte íntimo y regional se difundió por todo el país. Eso cambió el escenario del Canto a lo Poeta, pues otros cultores de nuestro Folklore lo llevaron a los escenarios públicos y los medios de difusión.
Hoy la rueda de Cantores como ritual de nuestra Cultura tradicional sigue vigente, sin perjuicio de que el repertorio de versos y entonaciones de nuestros cantores se difunda, a través de grabaciones, publicaciones y estudios académicos de alto nivel, como es el caso del voluminoso libro que nos dejó el profesor Fidel Sepúlveda publicado por Ediciones UC en colaboración con la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos (DIBAM).
Pero Manuel Sánchez no es un poeta que escogió las formas literarias de nuestra tradición popular como un acto deliberado de quién, siendo un extraño, adopta la estrofa de diez versos y las entonaciones de ese repertorio; el es un auténtico maestro del Canto a lo poeta.
Quien escribe éste prólogo no lo conocía hasta hace un mes, y al recibir los versos que forman el contenido de su libro pensó que se trataba de un aficionado que adopta el estilo Folklórico en su poesía, pero bastó una sola leída de esos versos para que el lector tomara conciencia que su autor es un auténtico representante de nuestra cofradía de poetas cantores de Guitarrón y Décima encuartetada.
En una primera lectura busqué giros de lenguaje extraños al estilo literario que es propio de éste género, y no los hallé. Todo el discurso poético de Manuel Sánchez dejaba en evidencia a un hijo de nuestro pueblo sobre quien pesa una rica herencia de sabiduría, destreza, estilo e ingenio propio de un verdadero “autorizado” en este arte.
El repertorio de esta “libreta” es bastante variado, Hay décimas que cumplen con la estricta reglamentación del canto que versa sobre un “fundamento” determinado con su cuarteta inicial, sus cuatro estrofas encuartetadas y su despedida. En ciertos casos la cuarteta pertenece a la tradición Folklórica, en otros, es tomada de la poesía culta, como ocurre en cuartetas escritas por Pablo Neruda, Nicanor Parra y Gabriela Mistral. En otros casos, la cuarteta proviene del cancionero de autor, como ocurre con las cuartetas escogidas en canciones de Víctor Jara. En otras décimas se desarrolla un tema respetando la forma estrófica de la décima, pero sin glosar una cuarteta previamente elegida como pié forzado.
Los fundamentos que constituyen la temática de estos versos, pertenecen también a la tradición. Hay cantos para velorios de angelitos, hay cantos por ponderación, hay versos de protesta social, y sobre todo, hay abundantes versos “por el amor”. Los giros de lenguaje de la versificación son todos auténticos y sorprendentemente hábiles y diestros en el manejo del léxico popular y con un ingenio que gratifica al lector.
Pero el repertorio que contiene este libro no se limita al canto a lo poeta, incluye también poemas libres pero siempre concebidos en el estilo del lenguaje propio de la poesía popular. Hay también coplas y Cuecas, estas últimas forman un conjunto de ejemplares del género particularmente interesante por la destreza de que hace gala nuestro poeta en sintetizar en tan pocos y cortos versos, una experiencia de vida humana completa, en la que no está ausente un fino humor ni el tono desafiante de quien enardece a un grupo de parejas que bailan, pañuelo en mano, mediante un lenguaje de subido tono en la crítica, la sátira, la apología y la pasión.
La publicación de este libro constituye un valioso aporte a la poesía chilena en general, pues no son pocos los poetas ilustrados cuyo arte ha derivado hacia un juego verbal gratuito. Por eso una buena “libreta” de Cantor a lo poeta, como “Poecía Sivil”, les puede enseñar a aterrizar nuevamente en la vida humana y no elevarse inútilmente tanto por sobre la comunidad cultural de la nación, en un vuelo que no se justifica.
Manuel Sánchez, sin pretender ser un “pequeño dios” ni una “vaca sagrada” ni un “pillo de la antipoesía” frente al grupo de los grandes que preside Pablo Neruda, nos muestra con su libro una faceta del genio de nuestro pueblo que supera mucha poesía que circula por nuestras librerías, por que en ella está la vida real de quienes aun sostienen nuestra cultura tradicional”.

Gastón Soublette

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Poecía Sivil
Manuel Sánchez

“Bajo este insólito título el cantor “A lo poeta” Manuel Sánchez se atreve a publicar su “libreta” de versos. Eso no ocurría antes, el Cantor a lo Poeta guardaba sus versos en la intimidad de su hogar y de su grupo. Sólo llegábamos a conocer algo de su repertorio si asistíamos a una rueda de cantores; terminado este ritual, cada uno seguía el curso de su vida sencilla y a veces anónima.
Fue el caso del cantor, don Emilio Lobos de Pirque, anciano maestro de este arte, descubierto (Si así se puede decir) por Nicanor Parra, que lo invitó a su casa para conocer en la intimidad a un ejemplar venerable de ésta cofradía de troveros Chilenos. Fue él quien inició a Violeta en éste género de poesía cantada, que hasta entonces era una exclusividad de los varones y gracias a Violeta éste arte íntimo y regional se difundió por todo el país. Eso cambió el escenario del Canto a lo Poeta, pues otros cultores de nuestro Folklore lo llevaron a los escenarios públicos y los medios de difusión.
Hoy la rueda de Cantores como ritual de nuestra Cultura tradicional sigue vigente, sin perjuicio de que el repertorio de versos y entonaciones de nuestros cantores se difunda, a través de grabaciones, publicaciones y estudios académicos de alto nivel, como es el caso del voluminoso libro que nos dejó el profesor Fidel Sepúlveda publicado por Ediciones UC en colaboración con la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos (DIBAM).
Pero Manuel Sánchez no es un poeta que escogió las formas literarias de nuestra tradición popular como un acto deliberado de quién, siendo un extraño, adopta la estrofa de diez versos y las entonaciones de ese repertorio; el es un auténtico maestro del Canto a lo poeta.
Quien escribe éste prólogo no lo conocía hasta hace un mes, y al recibir los versos que forman el contenido de su libro pensó que se trataba de un aficionado que adopta el estilo Folklórico en su poesía, pero bastó una sola leída de esos versos para que el lector tomara conciencia que su autor es un auténtico representante de nuestra cofradía de poetas cantores de Guitarrón y Décima encuartetada.
En una primera lectura busqué giros de lenguaje extraños al estilo literario que es propio de éste género, y no los hallé. Todo el discurso poético de Manuel Sánchez dejaba en evidencia a un hijo de nuestro pueblo sobre quien pesa una rica herencia de sabiduría, destreza, estilo e ingenio propio de un verdadero “autorizado” en este arte.
El repertorio de esta “libreta” es bastante variado, Hay décimas que cumplen con la estricta reglamentación del canto que versa sobre un “fundamento” determinado con su cuarteta inicial, sus cuatro estrofas encuartetadas y su despedida. En ciertos casos la cuarteta pertenece a la tradición Folklórica, en otros, es tomada de la poesía culta, como ocurre en cuartetas escritas por Pablo Neruda, Nicanor Parra y Gabriela Mistral. En otros casos, la cuarteta proviene del cancionero de autor, como ocurre con las cuartetas escogidas en canciones de Víctor Jara. En otras décimas se desarrolla un tema respetando la forma estrófica de la décima, pero sin glosar una cuarteta previamente elegida como pié forzado.
Los fundamentos que constituyen la temática de estos versos, pertenecen también a la tradición. Hay cantos para velorios de angelitos, hay cantos por ponderación, hay versos de protesta social, y sobre todo, hay abundantes versos “por el amor”. Los giros de lenguaje de la versificación son todos auténticos y sorprendentemente hábiles y diestros en el manejo del léxico popular y con un ingenio que gratifica al lector.
Pero el repertorio que contiene este libro no se limita al canto a lo poeta, incluye también poemas libres pero siempre concebidos en el estilo del lenguaje propio de la poesía popular. Hay también coplas y Cuecas, estas últimas forman un conjunto de ejemplares del género particularmente interesante por la destreza de que hace gala nuestro poeta en sintetizar en tan pocos y cortos versos, una experiencia de vida humana completa, en la que no está ausente un fino humor ni el tono desafiante de quien enardece a un grupo de parejas que bailan, pañuelo en mano, mediante un lenguaje de subido tono en la crítica, la sátira, la apología y la pasión.
La publicación de este libro constituye un valioso aporte a la poesía chilena en general, pues no son pocos los poetas ilustrados cuyo arte ha derivado hacia un juego verbal gratuito. Por eso una buena “libreta” de Cantor a lo poeta, como “Poecía Sivil”, les puede enseñar a aterrizar nuevamente en la vida humana y no elevarse inútilmente tanto por sobre la comunidad cultural de la nación, en un vuelo que no se justifica.
Manuel Sánchez, sin pretender ser un “pequeño dios” ni una “vaca sagrada” ni un “pillo de la antipoesía” frente al grupo de los grandes que preside Pablo Neruda, nos muestra con su libro una faceta del genio de nuestro pueblo que supera mucha poesía que circula por nuestras librerías, por que en ella está la vida real de quienes aun sostienen nuestra cultura tradicional”.

Gastón Soublette

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