¿ESCUCHARON? Es el sonido de su mundo derrumbándose. Es el del nuestro resurgiendo*

No nos esperábamos el tremendo remezón, de verdad, todo el rato tratando de inyectar energía para incitar la conversa y el análisis en la organización popular, apoyando las movilizaciones, editando libros-herramientas para los de abajo y a la izquierda, el espacio al que sabemos que pertenecemos, y en muchas ocasiones nos quedamos con el sabor amargo de estar declamando al viento. Pero a veces nos paramos en la marcha o dentro de la organización del Yo me Libro, y sabíamos que había que seguir intentándolo.

Y el ¡Despierta! no llegó como un estruendo, fue el murmullo de los y las pingüinos/as que evadían los torniquetes del Metro, corriendo en masa por esas puertas siempre limpias y correctas ante un alza de pasaje que colmó el vaso de agua de las eternas desigualdades y abandonos de un Estado cincelado a fuego y sangre por el neoliberalismo.

De ahí al cacerolazo, a la ocupación del espacio público, al ¡Ya Basta! al ritmo de batucadas, tinkus y “al que no salta es paco”, fue como un volcán botando toda la mierda acumulada en 30 años de seudodemocracia, o tal vez de 500 años soportando la bota del invasor… y nos conmueve hasta la última fibra, ver que sí se podía, que los loquitos lindos no éramos tan raros, y que la alegrerebeldía se cultiva y crece como la malahierba, aún en las peores condiciones.

Sabíamos que desde arriba no lo iban a permitir, y llegó el toque de queda, y la bota asesina, y los fusiles tratando de matar la primavera. Pero aunque los que aparecen en la tele con el logo de gobierno son los mismos que estaban atrás del dictador hace 40 años, los que hoy copamos las calles y hacemos sonar nuestras ollas no somos los mismos del ’73, nos quitaron todo que hasta el miedo perdimos, y que tal vez esta es la gran oportunidad para que las cosas cambien, porque nadie soporta tanta esclavitud, aunque venga vestida de vacaciones al Caribe en 36 cuotas.

Sabemos que el momento es difícil, los muertos de nuevo los pone el pueblo, ante la mirada soberbia de quienes gobiernan y de una clase política tan desconectada con la realidad, que tiran a los milicos a la calle esperando que todo siga igual, y de quienes dicen estar al lado nuestro, se mueven al ritmo del arriba al que pertenecen. Y a pesar de que lo hemos dicho de muchas formas, parece que todavía no creen que nada será igual desde el 18 de octubre de 2019.

El “no es la forma” habla de no tener idea de lo que está pasando en las vidas de los y las humildes, con sueldos de miseria, jubilaciones que permiten seguir trabajando, con servicios privados que deberían ser un derecho, con todos nuestros recursos sobreexplotados y vendidos al mejor postor, salud para quien la pueda pagar y educación y derechos “en la medida de lo posible”.

La respuesta del arriba suena a paracetamol para calmar el dolor de un cáncer, pero el despertar ya no cree en sus soluciones ni en sus respuestas, por lo que lo único que les queda es ponerse a la altura, bajar la cabeza y retirarse, ya es la hora de que se vayan todos.

Hoy nos queda la organización popular, crear una y mil asambleas territoriales para conversar y sacar propuestas del otro Chile que queremos construir, tomar la mano de nuestros/as vecinos/as y preguntarnos qué queremos, denunciar cada injusticia, protegernos como comunidad de la bota asesina y desconfiar de lo que venga desde arriba, ya han demostrado que las personas somos un número y que actúan para que, de nuevo, los empresarios ganen a costa de la sangre del pueblo.

Y nos ponemos a disposición, desde nuestro trabajo editorial, del ser bisagra de montón de otras organizaciones que, como nosotros, han aportado por años para crear un tejido social nuevo, uno rebelde y afectuoso, apañe y manos para lo que se necesite y hasta donde la imaginación alcance.

Sabíamos que no éramos pocos, sólo estábamos dispersos, ahora estamos unidos viviéndonos en nuestra diferencia, no nos perdamos con el voladero de luces que trata de cegarnos, a fuego y sangre, que incita a ponernos unos contra otros, a medidas dentro de lo posible, culpándonos por tener rabia.

Porque todavía hay un Chile que se construye a pulso, sólo tenemos que intentarlo.

Abrazos rebeldes

En los días de la pueblada, octubre de 2019

 

* Comandancia General del EZLN, diciembre de 2012

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