Guillitranalwe
David Aniñir Guilitraro
Card image cap

La lengua con tierra se pronuncia
Este nuevo poemario de David Aniñir contiene al Wall mapu en un gesto, en un baile, en cientos de palabras libres que en el ceremonial de la vida y de la muerte, al cual asistimos todos día a día, nos ubica frente a nuestros miedos occidentales, activando su poesía desde esa práctica milenaria Mapuche que es entender, entre otras cosas, que la vida también se encuentra en los “sueños”.
Es ahí donde el poeta hace suyas las herramientas de su comunidad, revolviéndolas a una velocidad capaz de convulsionar las “lenguas” con las que se encuentra, los sonidos que lo atropellan, esos siempre tienen una característica en común, que todos provienen del sur. Del sur del planeta, del sur de la ciudad, del sur de las comunas. En donde lengua tras lengua, traducción tras traducción se hace poesía del siglo XXI, a un nivel tal de conexión que destruye-construye el “dicho cotidiano” embarrándolo, entierrándolo a niveles insospechados: “Una machi en actitud harcore/ una minosa punx atrevida/ mapuche 2.0”.
Cuando se declaró a fines del siglo pasado “No hay futuro” por los jóvenes de esa época, pudimos comenzar a vislumbrar el presente y hoy el poeta David Aniñir nos entrega en Guilitranalwe esa “Cosmogónica dulcinea de la fábula terráquea” que es su tierra, en la más “fatigosa de las ocupaciones” como dice el poeta Delmore Schwartz, qué es la poesía. Nos adentra en sus sueños de urbe gastada, derretida, agónica, en la que el sueño no es solo la visión del devenir, sino además el continente de la lucha por la vida, la búsqueda de lo bello, la disputa por algo mejor. Pero no ese algo que pavonea la modernidad maquinicamente económica, sino esa modernidad extraviada en la música de los espejismos “con palabras e imágenes/ rumbo a las vísceras”.
Toda poesía retumba en las tumbas, en las casas, en las calles y descoloca toda ficción planificada. La población está en el canto de Aniñir. No como número, no como estadística, no como intervención social. Si como teñido, sí como palabreo, sí como rose, como olor, como newendy.
Entre la vida y la muerte acontece la realidad y es en ese perfil ripioso, que todos imaginamos de alguna u otra forma, donde el dolor hace que la cercanía sea efectiva y David siente a sus hermanos muertos, pero también sabe que ese tipo de muerte no existe en su totalidad. Aprendió de los suyos la ceremonia y el canto. Su poesía es un golpe de vida que celebra su procedencia y nos despabila para que sepamos que también es el nuestro.
Editorial Quimantú apuesta por la poesía, por nuestra poesía tan llena de verdad y sabiduría, aquella que necesita ser entregada a bajo precio para que sea leída y reconocida por los de abajo. Agradezco a David Añiñir por permitirme trabajar en conjunto y posibilitar que este poemario “Guilitranalwe” sea la extensión de la publicación de otros libros de poesía por esta casa editorial.

Mauricio Torres Paredes
Poeta

Card image cap
Guillitranalwe
David Aniñir Guilitraro

La lengua con tierra se pronuncia
Este nuevo poemario de David Aniñir contiene al Wall mapu en un gesto, en un baile, en cientos de palabras libres que en el ceremonial de la vida y de la muerte, al cual asistimos todos día a día, nos ubica frente a nuestros miedos occidentales, activando su poesía desde esa práctica milenaria Mapuche que es entender, entre otras cosas, que la vida también se encuentra en los “sueños”.
Es ahí donde el poeta hace suyas las herramientas de su comunidad, revolviéndolas a una velocidad capaz de convulsionar las “lenguas” con las que se encuentra, los sonidos que lo atropellan, esos siempre tienen una característica en común, que todos provienen del sur. Del sur del planeta, del sur de la ciudad, del sur de las comunas. En donde lengua tras lengua, traducción tras traducción se hace poesía del siglo XXI, a un nivel tal de conexión que destruye-construye el “dicho cotidiano” embarrándolo, entierrándolo a niveles insospechados: “Una machi en actitud harcore/ una minosa punx atrevida/ mapuche 2.0”.
Cuando se declaró a fines del siglo pasado “No hay futuro” por los jóvenes de esa época, pudimos comenzar a vislumbrar el presente y hoy el poeta David Aniñir nos entrega en Guilitranalwe esa “Cosmogónica dulcinea de la fábula terráquea” que es su tierra, en la más “fatigosa de las ocupaciones” como dice el poeta Delmore Schwartz, qué es la poesía. Nos adentra en sus sueños de urbe gastada, derretida, agónica, en la que el sueño no es solo la visión del devenir, sino además el continente de la lucha por la vida, la búsqueda de lo bello, la disputa por algo mejor. Pero no ese algo que pavonea la modernidad maquinicamente económica, sino esa modernidad extraviada en la música de los espejismos “con palabras e imágenes/ rumbo a las vísceras”.
Toda poesía retumba en las tumbas, en las casas, en las calles y descoloca toda ficción planificada. La población está en el canto de Aniñir. No como número, no como estadística, no como intervención social. Si como teñido, sí como palabreo, sí como rose, como olor, como newendy.
Entre la vida y la muerte acontece la realidad y es en ese perfil ripioso, que todos imaginamos de alguna u otra forma, donde el dolor hace que la cercanía sea efectiva y David siente a sus hermanos muertos, pero también sabe que ese tipo de muerte no existe en su totalidad. Aprendió de los suyos la ceremonia y el canto. Su poesía es un golpe de vida que celebra su procedencia y nos despabila para que sepamos que también es el nuestro.
Editorial Quimantú apuesta por la poesía, por nuestra poesía tan llena de verdad y sabiduría, aquella que necesita ser entregada a bajo precio para que sea leída y reconocida por los de abajo. Agradezco a David Añiñir por permitirme trabajar en conjunto y posibilitar que este poemario “Guilitranalwe” sea la extensión de la publicación de otros libros de poesía por esta casa editorial.

Mauricio Torres Paredes
Poeta

Compartir...
Share on Twitter Share on Facebook

David Aniñir Guilitraro

Uno de los poetas más destacados de la poesía mapuche. Nace en Cerro Navia (Santiago), de padre y madre mapuche, que habían sido expulsados de sus tierras ancestrales por la pobreza y la usurpación. Comienza su labor literaria a fines de los ’80, revindicando la identidad urbana, de los jóvenes mapuche hijos de la migración forzada y la realidad de los presos políticos. “Mapurbe” (Odiokracia, 2004) fue su primera publicación, instalando un concepto que sobrevive hasta nuestros días.

 

Y tú, ¿Qué dices?