El sábado 9 de septiembre nos fuimos con los libros a la 3ª Jornada de reflexión y encuentro “Entretejer Nuestras Memorias”, organizadas por el colectivo Memoria Viva, Maule Sur. El ciclo de actividades comenzó en la Casa de la Cultura de Linares, después se realizó en la Escuela AgroEcológica de Longaví, y finalizó en el Centro Cultural La Higuera de Linares. Fuimos con la colección de la Editora Nacional Quimantú y con nuestras ediciones, aprovechamos de lanzar la reedición de Capítulos de la Historia de Chile, de Ranquil.
La jornada comenzó con un Almuerzo Comunitario, donde las lentejas, la ensalada, el ají y el vino fueron haciendo circular las palabras sobre nuestras historias, nuestros recorridos y reencuentros. Nuestras memorias están entretejidas; nos recuerdan que somos brotes de la tierra; que en el hacer desde el corazón enraizamos; que los dolores atraviesan nuestras generaciones; que somos nuestros pasados, en un ciclo que se repite y se reinventa.
Posteriormente, se comenzó leyendo la convocatoria a las Jornadas “Entretejer Nuestras Memorias”:
“Comenzamos recordando y homenajeando a nuestrxs compañerxs que sufrieron en primera persona la tortura, desaparición, violaciones y muerte por orden del Estado chileno, a través de su faceta más totalitaria, la Dictadura Militar. Asimismo, recordamos la potente organización popular que también fue dolorosamente golpeada una vez más en la Historia de Chile.
La historia nos atraviesa de lado a lado, no solo en lo concreto sino también a través del tiempo, ya que reconocemos este modelo instalado en el año 1973 como impulsor no sólo de una política de represión permanente, sino también como el ente y posibilidad de crear e inaugurar la nueva era del capitalismo moderno, su fase “neoliberal”, que impuso terror y desconfianza primero; y luego el individualismo y la mercantilización, como únicas formas válidas para relacionarnos, intentando despojarnos de la posibilidad de vivir por nuestros medios y dependiendo totalmente de la supuesta garantía de un Estado de derechos, revelando finalmente la verdadera cara del Estado y su rol fundamental parta sostener el actual sistema hegemónico.
En particular, nuestra región fue víctima de represión que intentaba acabar con la capacidad de organización y comunitarismo que caracteriza a los sectores campesinos, lo cual después de este medio siglo nos mantiene atadxs a una cultura que profundizó las desigualdades sin dar lugar al desarrollo libre de las personas y las comunidades. Sin embargo, mantenemos viva y en resistencia una cultura que pone en el centro los alimentos, la tierra y el entorno natural como parte de su cotidianidad, creando verdaderas grietas al modo de producción vigente al no incorporar elementos centrales del modelo, y mantener actividades sociales comunitarias como medierías, mingas, etc.
Es por eso que hoy no solo conmemoramos, sino que continuamos esparciendo la semilla de rebeldía propia de la vida. Estamos aquí luchando contra el condicionamiento que nos hace creer que somos esencialmente violentos, competitivos y depredadores, demoliendo los dogmas que nos hacen enfrentarnos. Reflexionamos y cuestionamos de forma integral sobre la actualidad, activando formas de hacer que nos hagan sentido y que aún permanecen, gracias a la persistencia de nuestra memoria.
Esperamos que estos encuentros continúen los pasos que damos para unirnos, visibilizarnos y abrir espacios donde creamos y actuemos libremente desde la colaboración y el respeto mutuo, buscando caminar en pos de la recuperación de nuestras propias formas de hacer y sentir, promoviendo la autonomía y horizontalidad, de la mano del recuerdo de quienes dieron su libertad, su paz y su vida por la misma causa.
Ni perdón, Ni olvido.
Memoria Viva, Maule Sur
Posteriormente, lxs compas exhibieron relatos audiovisuales que apuntaban a la reflexión qué entendemos por memoria. Mientras veíamos y oíamos, compas bordaban sus aportes a un lienzo textil colectivo que se estaba creando a lo largo de las Jornadas. Los relatos nos fueron trayendo a la memoria la Revuelta del 18 de Octubre, ya que dicho proceso evocó los dolores del pasado, evidenció que la dictadura sigue presente y que las diversas generaciones las experienciamos y sentimos de formas diferentes. Se relevó la importancia de reivindicar los sueños y las memorias de la construcción popular. Se manifestó un silenciamiento con el Golpe de Estado, sobre todo después del gran impacto que tuvo la Reforma Agraria en el territorio, se comentó del “pacto de silencio” que materializó la institucionalidad en la medida de lo posible. También se fue relevando lo cíclico que es el tiempo y cómo se han ido reproduciendo ciertos procesos que traen constantemente los dolores del despojo y la represión al presente.
Lanzamiento Capítulos de la Historia de Chile
Esta parte de la Jornada comenzó con palabras de homenaje. Se comenzó honrando al compa Manuel Paredes Parod, poeta popular, ex preso político y autor de “Memorias para Olvidar”, libro editado por Editorial Quimantú, el cual en décimas nos cuenta sobre las historias de los centros de detención y tortura en Chile. También se homenajeó a l@s trabajadores de la Editora Nacional Quimantú Detenid@s Desaparecid@s por la Dictadura Cívico-Militar. A su vez, se recordó que cuando se produjo el Golpe, el edificio de la Quimantú fue rodeada de tanques, los libros fueron quemados, otros fueron llevados al Estadio Nacional para limpiarse el culo, como le dijo un militar a un prisionero político. El libro, como ha quedado demostrado en la historia, es un peligro para las clases dominantes, como lo fue en la Alemania nazi, en la Italia fascista y como lo fue en Chile en la Dictadura Cívico Militar.
Agradecimos por la posibilidad de tener los libros como excusa para encontrarnos, compartir nuestras memorias y nuestras luchas en diversos territorios. Comentamos sobre las actividades que hemos realizado, enmarcadas en las experiencias de los mil días de creación de nuestra clase durante la Unidad Popular y los cincuenta años de resistencias a la dictadura capitalista. El libro que presentamos, Capítulos de la Historia de Chile de Ranquil, es parte de estos mil días de creación, nos enraíza en una larga historia de resistencias frente a la imposición del capitalismo en nuestro territorio. El conocimiento histórico y la memoria, van acompañadas por la selección y el olvido. El libro que presentamos ha sido dejado en el olvido, y no ha habido publicación alguna que haya generado tal nivel de polémicas públicas sobre nuestra historia.
Nos preguntamos ¿desde dónde se construye el conocimiento histórico? Las interpretaciones sobre el pasado tienen que estar posicionadas en un lugar concreto, porque no es lo mismo la historia oficial que una historia desde abajo. Este libro es importante para nosotros, es parte de la corriente historiográfica marxista que se desarrolló entre los cincuenta y 1973, en donde no se desarrollaba un conocimiento académico para un círculo de expert@s, sino que estaba posicionado desde la clase trabajadora y está enfocado en cómo comprender la larga historia de Chile de forma sencilla. Si nos quisiéramos poner exquisitos desde el ámbito académico, podríamos criticar ciertas lecturas que realiza el libro. Éste se editó en los primeros meses del ´73, como muchos documentos del pasado, aparte del contenido histórico, también nos lleva a comprender las lecturas y las discusiones que había a la interna de la Unidad Popular, entrecruzándose el presente con el pasado.
Se ahondó en las discusiones públicas y las controversias del libro. Desde la historiografía más conservadora hasta el partido que se dice Comunista, acusaron al libro de “falsía y tergiversación histórica”; de ser una “diatriba contra Chile”; de ser “una obra anticomunista, antipopular y claramente perjudicial para la causa de los trabajadores chilenos y su lucha revolucionaria”; “un ultraje a los héroes de la patria”; “antipatriótica, [que] atenta contra el glorioso pasado nacional y las tradiciones democráticas que nos sustentan”; y cómo no, acusada también de “revisionismo histórico”.
La Palabra Abierta circuló y se hizo hincapié sobre la duda que provoca Ranquil, se piensa que el libro es sobre esa matanza y no el pseudónimo de la autora, sobre todo porque en el territorio existe la necesidad de recuperar la memoria histórica del movimiento campesino. Se hace visible el mito sobre la tradición democrática chilena, pero reconociendo que es un sistema frágil que se ha sostenido sobre la violencia y las masacres del pueblo en rebeldía. Las palabras comenzaron a dar cuenta sobre las memorias de tortura y desaparición en la Cárcel de Mujeres El Buen Pastor[1] en Linares. Se asume la responsabilidad de recuperar la historia de la organización campesina que hubo en el territorio, la importancia del Movimiento Campesino Revolucionario[2] y de otras organizaciones autogestionarias que movilizaban las luchas contra el latifundio.
Por otro lado, las voces fueron comentando las críticas del PC al libro, lo que suscita mayor interés, sabiendo las propias contradicciones que había en la Unidad Popular, las cuales se reproducen hoy día. Se relevó la importancia de rescatar esas contradicciones, porque la izquierda ha establecido una versión oficial que hay que tensionar, ya que se sigue relegando la actividad de base hacia un papel de espectador, y no se les da la importancia a las experiencias que venían construyendo el movimiento campesino y el proletariado. Había diferencias de intereses materiales concretos entre las dirigencias de la UP y las bases autónomas. Lo que llevó a que se reprimiera directamente a algunas organizaciones en el mismo ´73, días antes del Golpe, hay un asesinato en Lanera Austral de Punta Arenas, en un allanamiento a la fábrica en búsqueda de armamento, amparados en la Ley de Control de Armas, que el mismo gobierno había impulsado. Ley que fue aplicada más fuertemente contra los Cordones Industriales, a pesar de que casi no había armas en las fábricas.
Tomamos la palabra para referirnos a los 1000 días de creación y 50 años de resistencias. Normalmente se conmemora el Golpe, pero no se toma en cuenta el movimiento popular que se venía gestando desde el 1900, que viene de todas las matanzas obreras y campesinas que están documentadas por la Historia Social, y que desde abajo lleva a la Unidad Popular al gobierno. Se abren nuevos espacios, en donde desde la organización, por primera vez en la historia se puede ser gente. Esa capacidad organizativa es la que lleva a las clases dominantes y al imperialismo a bombardear el proceso revolucionario.
También se hizo referencia a que la Editorial Quimantú no era parte de las 40 medidas de la Unidad Popular, también es parte de esa larga historia del movimiento popular, por ejemplo la primera toma fue hacia fines de los sesenta. L@s trabajadores se tomaron la fábrica y le exigieron a Allende que pase la empresa al Área Social. Ell@s mism@s le ponen el nombre Quimantú, gestionan la editorial más grande de Sudámerica, no ha habido en Chile otra editorial que publique 13 millones de libros en mil días y a un precio muy barato. El alcance de los libros era muy extendido, se vendían en todos los kioscos.
La palabra volvió a circular y se fue relevando la lectura general y capitulada que realiza el libro, ya que es necesario tener visiones de largo plazo, y no enfocarnos sólo en investigaciones específicas, que son igual de necesarias. Se relevó la interpretación desde el presente que realiza la Historia, con la intencionalidad que se le da hacia el futuro. Se relevó la importancia de releer la historia desde una perspectiva crítica, lo que llevó a la discusión por la bandera chilena que hay en la portada original del libro y lo que nos provoca actualmente. Esa misma reinterpretación nos llevó a relevar la bandera negra que se extendió en la Revuelta, lo que nos llevó a reconocer que aún hay muchos brotes sobre lo que significó ese proceso más que posibles derrotas.
También se fue relevando la importancia de la oralidad, frente a la palabra escrita y los libros, reconociendo que de lo poco que se conoce sobre las experiencias de luchas del movimiento campesino, éstas se han transmitido oralmente. La historia del MCR se borró en los campos porque la represión al movimiento fue tan brutal durante la contrarreforma de la Dictadura, lo que provocó un silenciamiento, no sólo de las familias afectadas sino de toda la sociedad. Éste territorio es un latifundio, Chile es una gran hacienda. El proceso de la Reforma Agraria provocó muchas corridas de cerco, la memoria es tan profunda que se siguen recordando las historias de lucha de dichas recuperaciones de tierra. En un latifundio recuperado por campesin@s, mujeres y niñeces hicieron una cadena humana ante los militares para impedir el desalojo y el fusilamiento. La memoria va acompañada por el proceso de recuperación que algunas organizaciones vienen realizando sobre el rol del campo y quienes lo habitan, desde el campo se está cuestionando el modelo capitalista y su relación campo-ciudad.
Hemos sufrido más de veinte matanzas a lo largo de la historia, como pueblo hemos creado diversas formas de organización y expresión, como también hemos logrado resistir los Capítulos más sangrientos de la Historia de Chile. Hacemos un llamado a cuestionar todo, a reinterpretar nuestras historias y entretejer nuestras memorias desde abajo.
Franko Huiträn
Editorial Quimantú
Septiembre 2023
[1] https://memoriaviva.com/nuevaweb/centros-de-detencion/vii-region/carcel-de-mujeres-buen-pastor-linares/
[2] Movimiento Campesino Revolucinario (MCR) fue parte de los frentes de masas que debían sistematizar las demandas campesinas, conducir sus luchas contra el latifundio y expandir las tomas de terreno, según las orientaciones estratégicas del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) en el período 1967-1973.