Pensar las autonomías
Ezequiel Adamovsky, Claudio Albertani, Benjamin Arditi, Ana Esther Ceceña, Gustavo Esteva, Raquel Gutiérrez Aguilar, John Holloway, Gilberto López y Rivas, Francisco López Bárcenas, Massimo Modonesi, Hernán Ouviña, Mabel Thwaites y Sergio Tischler y Raúl Zibechi
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Introducción
Durante la década que termina, el debate sobre las autonomías ha abierto un campo fértil de discusión sobre las alternativas sociales, políticas y productivas al capitalismo desde innumerables experiencias locales surgidas desde abajo. Dichos procesos cuestionan al capital como forma de organización humana, ya que en ellos se entretejen embrionariamente relaciones horizontales, cooperativas y de reciprocidad, además de una enorme diversidad de formas alternativas productivas, democráticas y de gestión de los bienes comunes y naturales. En ocasiones, quienes luchan, se organizan, resisten, crean y construyen estos experimentos de reorganización social desde abajo, aluden a la palabra autonomía para nombrar esas prácticas.
Estos procesos cuestionan la forma capital y su obsesiva compulsión de buscar la máxima ganancia a toda costa, pero cuestionan también de manera radical la democracia liberal que se ha cristalizado como dogma hegemónico, como forma política dominante. Esto no significa que las posibilidades de emancipación que se abren desde ese rechazo no estén atravesadas por límites y contradicciones. De hecho, alrededor de esto ha emergido un enorme debate para reconocer estas dificultades y pensar en posibles caminos de superación. Aunque los cuestionamientos, desacuerdos y discusiones son muchos y diversos, nombramos sólo algunos de ellos: a) la pertinencia, eficacia y posibilidades de la toma del poder del Estado como vía de cambio social; b) la necesidad, viabilidad y posibilidad de organizarse para esta estrategia en alguna forma organizativa unitaria, en especial, la forma partido; c) las posibilidades, límites y contradicciones de las experiencias sociales alternativas locales que por todo el mundo germinan pero cuya principal crítica es que no alcanzan a ser un proyecto de totalidad de cambio, especialmente como proyectos de transformación nacional, los cuales tienden a situarse en el terreno de la micropolítica.
Por otro lado, desde quienes reivindicamos la autonomía, pareciera haber una comprensión multidimensional, compleja y polisémica del significado de ella, que va desde la independencia de la clase política y sus partidos, hasta una forma organizativa de los pueblos indios; desde una forma de expresión de la protesta social hasta la posibilidad de la autorregulación generalizada de distintas colectividades. Esta rica discusión significa para nosotras y nosotros una reflexión primordial, no en el sentido académico, teórico o abstracto sobre las autonomías, sino un debate decisivo para la acción política hoy, para el sentido del cambio social, de la transformación radical, e incluso, de las alternativas civilizatorias al capital y al Estado. Es en suma, un esfuerzo pequeño, por abrir y acelerar la reflexión de las rutas de emancipación con que contamos y con las que podemos imaginar, considerando que compartimos la premisa de que la reflexión es un momento de la lucha misma.
En nuestro proceso de organización colectiva varias intuiciones fueron tomando forma y fueron complejizándose con la práctica, a partir del encuentro y diálogo con una multiplicidad de resistencias y luchas sociales nacionales e internacionales, así como con el pensamiento crítico. Estas intuiciones –que son las de muchos otros– han ido armando una forma de comprensión en diversas dimensiones y niveles de la autonomía como:
La autonomía como forma de hacer política: que cuestiona la subordinación, autoritarismo, jerarquía y heteronomía de la forma partido y Estado, radicalizando la crítica al poder mismo, a las relaciones de dominio en la cotidianidad, en la lucha política y entre movimientos y fuerzas sociales. Es un cuestionamiento a las relaciones de poder entre la izquierda misma, a su viejo autoritarismo y a su forma de hacer política, proponiendo en oposición –no sin contradicciones– la horizontalidad y la autodeterminación como algunas de las bases de una política alternativa.
La autonomía como diversidad, potencia y posibilidad: que cuestiona la totalidad y unidad si son consideradas como homogeneidad y dominio –por más anticapitalista o de izquierda que sean–, como cuestionamiento de la vieja política, como potencia basada en las colectividades autogestivas, autodeterminándose y autorregulándose en innumerables posibilidades de lucha, de organización y creatividad.
La autonomía como prefiguración: que vislumbra y practica hoy, las formas que sustituirán a las relaciones de dominio y explotación. Que critica la estrategia de cambio social aplazada hacia el mañana –después de la toma del poder– y radicaliza la estrategia de REVOLUCIÓN HOY, considerando que desde ahora funcionan y pueden operar relaciones humanas alternativas fuera de la lógica estatal y del capital, formas que prefiguran desde ya, un mundo otro.
La autonomía como horizonte emancipatorio: que permite discutir e imaginar desde las prácticas y potencias existentes hoy, un cambio radical de las formas de producción, distribución y consumo, y un cambio radical también de las formas de toma de decisiones sobre lo común. Que permite visualizar un mundo de redes de colectividades autorreguladas, un tejido de autodeterminaciones, federaciones de autonomías libres del capital, en relación simbiótica con el mundo no humano, pero también libres de las formas de dominación, opresión, centralización, homogeneización y monopolización estatales.
Así, el debate en la izquierda mundial, la discusión entre quienes reivindicamos la autonomía y la reflexión propia como pequeño proceso colectivo de organización y resistencia han detonado innumerables preguntas y dudas sobre la viabilidad y los caminos de la emancipación en las que la autonomía es apenas para nosotros una posibilidad abierta.
Todo ello ha motivado la preparación de este libro, considerando además que: nos parece primordial desmontar los paradigmas dominantes del pensamiento hegemónico, pensando en ocasiones a contracorriente –o a contrapelo– del propio discurso de la izquierda, divulgando modos, formas, ideas y debates muy otros. Creemos firmemente que son necesarias y urgentes herramientas para la transformación social emancipadora, teóricas y prácticas, estratégicas y organizativas, del pasado y del presente, locales y globales, por lo que cualquier aporte en ese camino fortalece nuestra resistencia al capital y al Estado y permite nutrir los caminos de emancipación.
Metodológicamente además, la intención de este debate no es crear un nuevo paradigma, dogma o plan sobre el cambio social, sino abrir el pensamiento a numerosas posibilidades y potencias del camino de las autonomías, pero también de sus peligros, riesgos, contradicciones, incertidumbres y dudas. Más que un manual del cambio –como en los viejos tiempos– se ha reunido una serie de coordenadas, señales, pistas y signos, difusos e incompletos, pero que una y otra vez deben intentar ser contestados y reformulados críticamente. Así entendemos la reflexión sobre la emancipación.
Partimos además de la urgencia de la reconstrucción de la memoria, del diálogo entre el hacer y el sistematizar la experiencia, de la reflexión desde la práctica y la comprensión del pasado y de su actualización como algunas de las fuentes para un pensamiento alternativo e indispensable para construir un mundo otro.
Basados en todas las premisas anteriores le hemos pedido a catorce académicos, teóricos, activistas, pensadores, con lo cuales hemos podido encontrarnos en diferentes niveles de intensidad en proyectos o acciones puntuales que reflexionaran sobre la autonomía. Ellas y ellos han respondido con trabajos inéditos, con textos que han sido modificados, enriquecidos o actualizados para esta publicación, o con trabajos ya realizados pero que siguen siendo un aporte relevante en la discusión. Hemos decidido agrupar los trabajos en tres grandes apartados:
El largo camino de las autonomías en el cual reivindicamos tres grandes corrientes o fuerzas históricas que hace ya tiempo vienen debatiendo sobre la autonomía: el marxismo, el anarquismo y los pueblos indígenas latinoamericanos. Todos los textos generan un diálogo pasado-presente, un recorrido por el desarrollo del debate de las autonomías, enmarcado en luchas, sueños, divisiones, reivindicaciones y teorizaciones de innumerables procesos sociales teóricos y prácticos. El objetivo de estos textos es a la vez de recuperación de la memoria, de índole didáctica pero, en especial, de problematización de la autonomía desde la diversidad. Así, Massimo Modonesi construye un hilo histórico entre el concepto teórico y las luchas desde el marxismo a lo largo de más de un siglo. Claudio Albertani hace lo equivalente en un panorámico recorrido desde el pensamiento libertario. El caso de los pueblos indios ha sido enriquecido por tres problematizaciones y visiones distintas del origen, posibilidades y desarrollo de las luchas indias por autonomía, desde los trabajos de Francisco López Bárcenas, Gilberto López y Rivas y Gustavo Esteva.
Antagonismo y contradicción en las autonomías reúne los trabajos de Mabel Thwaites, Ezequiel Adamovsky, Raúl Zibechi y Hernán Ouviña. Este segundo apartado ha intentado problematizar desde distintas visiones el desarrollo práctico de procesos de construcción autónomos: desde las contradicciones de la horizontalidad, hasta la relación con el Estado hoy, desde la tendencia al aislamiento y la micropolítica de los procesos autónomos y de las dificultades de una política alternativa frente al Estado, hasta los límites de construcción autónoma en las urbes. Son textos, que, agrupados, problematizan a las autonomías, para enriquecernos de sus contradicciones, límites y vacíos.
Por último, muy pronto pudimos ver que la discusión sobre la emancipación pasa necesariamente por pensar las autonomías pero también por pensar más allá de ellas, requiriendo de nuevas epistemologías, críticas a la forma Estado, formas de propiedad y organización e incluso, como ya muchos sabemos, nuevas formas de entender la revolución y la misma emancipación. Por ello hemos reunido los trabajos de Benjamín Arditi, John Holloway, Sergio Tischler, Raquel Gutiérrez y Ana Esther Ceceña en Más allá del capital y el Estado como una colección de herramientas críticas para poder impensar, repensar y pensar un mundo otro.
“Pensar las autonomías” ha sido posible por la generosidad de las y los catorce autores que colaboraron y creyeron en este proyecto, en esta apuesta por aportar al debate sobre las emancipaciones desde el terreno de la autonomía. Agradecemos también a Sísifo Ediciones el otro pilar y sostén de este proyecto y, por supuesto, a Isabel Clara Harland de Benito y al trabajo y empeño de jóvenes en resistencia alternativa y sus colaboradores, que son la base de este sueño.

BAJO TIERRA EDICIONES
jóvenes en resistencia alternativa

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Pensar las autonomías
Ezequiel Adamovsky, Claudio Albertani, Benjamin Arditi, Ana Esther Ceceña, Gustavo Esteva, Raquel Gutiérrez Aguilar, John Holloway, Gilberto López y Rivas, Francisco López Bárcenas, Massimo Modonesi, Hernán Ouviña, Mabel Thwaites y Sergio Tischler y Raúl Zibechi

Introducción
Durante la década que termina, el debate sobre las autonomías ha abierto un campo fértil de discusión sobre las alternativas sociales, políticas y productivas al capitalismo desde innumerables experiencias locales surgidas desde abajo. Dichos procesos cuestionan al capital como forma de organización humana, ya que en ellos se entretejen embrionariamente relaciones horizontales, cooperativas y de reciprocidad, además de una enorme diversidad de formas alternativas productivas, democráticas y de gestión de los bienes comunes y naturales. En ocasiones, quienes luchan, se organizan, resisten, crean y construyen estos experimentos de reorganización social desde abajo, aluden a la palabra autonomía para nombrar esas prácticas.
Estos procesos cuestionan la forma capital y su obsesiva compulsión de buscar la máxima ganancia a toda costa, pero cuestionan también de manera radical la democracia liberal que se ha cristalizado como dogma hegemónico, como forma política dominante. Esto no significa que las posibilidades de emancipación que se abren desde ese rechazo no estén atravesadas por límites y contradicciones. De hecho, alrededor de esto ha emergido un enorme debate para reconocer estas dificultades y pensar en posibles caminos de superación. Aunque los cuestionamientos, desacuerdos y discusiones son muchos y diversos, nombramos sólo algunos de ellos: a) la pertinencia, eficacia y posibilidades de la toma del poder del Estado como vía de cambio social; b) la necesidad, viabilidad y posibilidad de organizarse para esta estrategia en alguna forma organizativa unitaria, en especial, la forma partido; c) las posibilidades, límites y contradicciones de las experiencias sociales alternativas locales que por todo el mundo germinan pero cuya principal crítica es que no alcanzan a ser un proyecto de totalidad de cambio, especialmente como proyectos de transformación nacional, los cuales tienden a situarse en el terreno de la micropolítica.
Por otro lado, desde quienes reivindicamos la autonomía, pareciera haber una comprensión multidimensional, compleja y polisémica del significado de ella, que va desde la independencia de la clase política y sus partidos, hasta una forma organizativa de los pueblos indios; desde una forma de expresión de la protesta social hasta la posibilidad de la autorregulación generalizada de distintas colectividades. Esta rica discusión significa para nosotras y nosotros una reflexión primordial, no en el sentido académico, teórico o abstracto sobre las autonomías, sino un debate decisivo para la acción política hoy, para el sentido del cambio social, de la transformación radical, e incluso, de las alternativas civilizatorias al capital y al Estado. Es en suma, un esfuerzo pequeño, por abrir y acelerar la reflexión de las rutas de emancipación con que contamos y con las que podemos imaginar, considerando que compartimos la premisa de que la reflexión es un momento de la lucha misma.
En nuestro proceso de organización colectiva varias intuiciones fueron tomando forma y fueron complejizándose con la práctica, a partir del encuentro y diálogo con una multiplicidad de resistencias y luchas sociales nacionales e internacionales, así como con el pensamiento crítico. Estas intuiciones –que son las de muchos otros– han ido armando una forma de comprensión en diversas dimensiones y niveles de la autonomía como:
La autonomía como forma de hacer política: que cuestiona la subordinación, autoritarismo, jerarquía y heteronomía de la forma partido y Estado, radicalizando la crítica al poder mismo, a las relaciones de dominio en la cotidianidad, en la lucha política y entre movimientos y fuerzas sociales. Es un cuestionamiento a las relaciones de poder entre la izquierda misma, a su viejo autoritarismo y a su forma de hacer política, proponiendo en oposición –no sin contradicciones– la horizontalidad y la autodeterminación como algunas de las bases de una política alternativa.
La autonomía como diversidad, potencia y posibilidad: que cuestiona la totalidad y unidad si son consideradas como homogeneidad y dominio –por más anticapitalista o de izquierda que sean–, como cuestionamiento de la vieja política, como potencia basada en las colectividades autogestivas, autodeterminándose y autorregulándose en innumerables posibilidades de lucha, de organización y creatividad.
La autonomía como prefiguración: que vislumbra y practica hoy, las formas que sustituirán a las relaciones de dominio y explotación. Que critica la estrategia de cambio social aplazada hacia el mañana –después de la toma del poder– y radicaliza la estrategia de REVOLUCIÓN HOY, considerando que desde ahora funcionan y pueden operar relaciones humanas alternativas fuera de la lógica estatal y del capital, formas que prefiguran desde ya, un mundo otro.
La autonomía como horizonte emancipatorio: que permite discutir e imaginar desde las prácticas y potencias existentes hoy, un cambio radical de las formas de producción, distribución y consumo, y un cambio radical también de las formas de toma de decisiones sobre lo común. Que permite visualizar un mundo de redes de colectividades autorreguladas, un tejido de autodeterminaciones, federaciones de autonomías libres del capital, en relación simbiótica con el mundo no humano, pero también libres de las formas de dominación, opresión, centralización, homogeneización y monopolización estatales.
Así, el debate en la izquierda mundial, la discusión entre quienes reivindicamos la autonomía y la reflexión propia como pequeño proceso colectivo de organización y resistencia han detonado innumerables preguntas y dudas sobre la viabilidad y los caminos de la emancipación en las que la autonomía es apenas para nosotros una posibilidad abierta.
Todo ello ha motivado la preparación de este libro, considerando además que: nos parece primordial desmontar los paradigmas dominantes del pensamiento hegemónico, pensando en ocasiones a contracorriente –o a contrapelo– del propio discurso de la izquierda, divulgando modos, formas, ideas y debates muy otros. Creemos firmemente que son necesarias y urgentes herramientas para la transformación social emancipadora, teóricas y prácticas, estratégicas y organizativas, del pasado y del presente, locales y globales, por lo que cualquier aporte en ese camino fortalece nuestra resistencia al capital y al Estado y permite nutrir los caminos de emancipación.
Metodológicamente además, la intención de este debate no es crear un nuevo paradigma, dogma o plan sobre el cambio social, sino abrir el pensamiento a numerosas posibilidades y potencias del camino de las autonomías, pero también de sus peligros, riesgos, contradicciones, incertidumbres y dudas. Más que un manual del cambio –como en los viejos tiempos– se ha reunido una serie de coordenadas, señales, pistas y signos, difusos e incompletos, pero que una y otra vez deben intentar ser contestados y reformulados críticamente. Así entendemos la reflexión sobre la emancipación.
Partimos además de la urgencia de la reconstrucción de la memoria, del diálogo entre el hacer y el sistematizar la experiencia, de la reflexión desde la práctica y la comprensión del pasado y de su actualización como algunas de las fuentes para un pensamiento alternativo e indispensable para construir un mundo otro.
Basados en todas las premisas anteriores le hemos pedido a catorce académicos, teóricos, activistas, pensadores, con lo cuales hemos podido encontrarnos en diferentes niveles de intensidad en proyectos o acciones puntuales que reflexionaran sobre la autonomía. Ellas y ellos han respondido con trabajos inéditos, con textos que han sido modificados, enriquecidos o actualizados para esta publicación, o con trabajos ya realizados pero que siguen siendo un aporte relevante en la discusión. Hemos decidido agrupar los trabajos en tres grandes apartados:
El largo camino de las autonomías en el cual reivindicamos tres grandes corrientes o fuerzas históricas que hace ya tiempo vienen debatiendo sobre la autonomía: el marxismo, el anarquismo y los pueblos indígenas latinoamericanos. Todos los textos generan un diálogo pasado-presente, un recorrido por el desarrollo del debate de las autonomías, enmarcado en luchas, sueños, divisiones, reivindicaciones y teorizaciones de innumerables procesos sociales teóricos y prácticos. El objetivo de estos textos es a la vez de recuperación de la memoria, de índole didáctica pero, en especial, de problematización de la autonomía desde la diversidad. Así, Massimo Modonesi construye un hilo histórico entre el concepto teórico y las luchas desde el marxismo a lo largo de más de un siglo. Claudio Albertani hace lo equivalente en un panorámico recorrido desde el pensamiento libertario. El caso de los pueblos indios ha sido enriquecido por tres problematizaciones y visiones distintas del origen, posibilidades y desarrollo de las luchas indias por autonomía, desde los trabajos de Francisco López Bárcenas, Gilberto López y Rivas y Gustavo Esteva.
Antagonismo y contradicción en las autonomías reúne los trabajos de Mabel Thwaites, Ezequiel Adamovsky, Raúl Zibechi y Hernán Ouviña. Este segundo apartado ha intentado problematizar desde distintas visiones el desarrollo práctico de procesos de construcción autónomos: desde las contradicciones de la horizontalidad, hasta la relación con el Estado hoy, desde la tendencia al aislamiento y la micropolítica de los procesos autónomos y de las dificultades de una política alternativa frente al Estado, hasta los límites de construcción autónoma en las urbes. Son textos, que, agrupados, problematizan a las autonomías, para enriquecernos de sus contradicciones, límites y vacíos.
Por último, muy pronto pudimos ver que la discusión sobre la emancipación pasa necesariamente por pensar las autonomías pero también por pensar más allá de ellas, requiriendo de nuevas epistemologías, críticas a la forma Estado, formas de propiedad y organización e incluso, como ya muchos sabemos, nuevas formas de entender la revolución y la misma emancipación. Por ello hemos reunido los trabajos de Benjamín Arditi, John Holloway, Sergio Tischler, Raquel Gutiérrez y Ana Esther Ceceña en Más allá del capital y el Estado como una colección de herramientas críticas para poder impensar, repensar y pensar un mundo otro.
“Pensar las autonomías” ha sido posible por la generosidad de las y los catorce autores que colaboraron y creyeron en este proyecto, en esta apuesta por aportar al debate sobre las emancipaciones desde el terreno de la autonomía. Agradecemos también a Sísifo Ediciones el otro pilar y sostén de este proyecto y, por supuesto, a Isabel Clara Harland de Benito y al trabajo y empeño de jóvenes en resistencia alternativa y sus colaboradores, que son la base de este sueño.

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