Estamos viviendo en un momento histórico en el que se ha puesto en crisis nuestra propia existencia humana. Nos amenaza un capitalismo caníbal, como dice Nancy Fraser, capaz de devorarse tanto a la democracia como a nuestra existencia misma.
La situación actual de aumento creciente de la pobreza y desigualdad en toda la región, de ensanchamiento de las brechas entre quienes más y menos tienen, que perjudica especialmente a las niñeces, ha puesto en crisis también a las formas que nos venimos dando para hacerle frente a las consecuencias de este colapso civilizatorio integral.
Para ello, la política debe recuperarse como lugar central para conquistar esas transformaciones. Este año se cumplen 40 años del regreso de nuestro país (Argentina) a la democracia, esa forma política que supimos recuperar pero de la que cada vez más cuesta identificar sus alcances y límites. Nos
preguntamos: ¿Quiénes entran en la democracia? ¿Estamos todas las personas? ¿Dónde están las niñeces y qué lugar ocupan en la democracia? ¿Qué es la democracia? ¿Hasta dónde estamos dispuestas las personas adultas a ceder y/o dar vuelta nuestros privilegios para que las niñeces también puedan ser parte?
Tenemos muchas preguntas y, probablemente, pocas respuestas. No creemos en recetas, ni caminos prefigurados, ni salidas individuales. La construcción es colectiva o no será. La construcción es con las niñeces o no será. Ya no podemos seguir sustituyendo su voluntad por el parecer adulto en aras de su supuesta protección, de su supuesto bienestar. Es con las niñeces adentro que vamos a poder ensanchar los alcances de la democracia para refundar esta humanidad que ya no queremos ser más, como dijo la artista trans sudaca Susy Shock.
Somos muchas personas quienes no queremos más una humanidad centrada en obtener más riqueza a costa de otras personas, que sólo mira su propio ombligo, que ve cadáveres pasar sin inmutarse, que no se sensibiliza con las niñeces, a partir de la ternura y el respeto mutuo.
Queremos, necesitamos, una humanidad que junte sus propios pedazos y arme nuevos rompecabezas. Que no falte nadie en ese rompecabezas; y que, sobre todo, sea armado por todas las personas, sin distinciones.
Una nueva humanidad que no sea sometida por unos pocos, herederos de un sistema adultocéntrico, cisheteronormado, capitalista, colonial (entre tantas otras formas de opresión) que golpean especialmente a quienes son de abajo, a los sectores populares, a quienes cuestionan y transforman, a quienes no nos damos por vencidas, a quienes rompen los cercos entre generaciones, y a quienes se animan a saltar esas paredes y crear nuevas formas de relación inter e intrageneracional… En definitiva, a quienes queremos otra humanidad y luchamos cotidianamente por ella, porque no nos resignamos a que los sueños de las nuevas generaciones reflejen la muerte de los nuestros.
Gabriela Magistris y Santiago Morales
Fragmento de la presentación
Estamos viviendo en un momento histórico en el que se ha puesto en crisis nuestra propia existencia humana. Nos amenaza un capitalismo caníbal, como dice Nancy Fraser, capaz de devorarse tanto a la democracia como a nuestra existencia misma.
La situación actual de aumento creciente de la pobreza y desigualdad en toda la región, de ensanchamiento de las brechas entre quienes más y menos tienen, que perjudica especialmente a las niñeces, ha puesto en crisis también a las formas que nos venimos dando para hacerle frente a las consecuencias de este colapso civilizatorio integral.
Para ello, la política debe recuperarse como lugar central para conquistar esas transformaciones. Este año se cumplen 40 años del regreso de nuestro país (Argentina) a la democracia, esa forma política que supimos recuperar pero de la que cada vez más cuesta identificar sus alcances y límites. Nos
preguntamos: ¿Quiénes entran en la democracia? ¿Estamos todas las personas? ¿Dónde están las niñeces y qué lugar ocupan en la democracia? ¿Qué es la democracia? ¿Hasta dónde estamos dispuestas las personas adultas a ceder y/o dar vuelta nuestros privilegios para que las niñeces también puedan ser parte?
Tenemos muchas preguntas y, probablemente, pocas respuestas. No creemos en recetas, ni caminos prefigurados, ni salidas individuales. La construcción es colectiva o no será. La construcción es con las niñeces o no será. Ya no podemos seguir sustituyendo su voluntad por el parecer adulto en aras de su supuesta protección, de su supuesto bienestar. Es con las niñeces adentro que vamos a poder ensanchar los alcances de la democracia para refundar esta humanidad que ya no queremos ser más, como dijo la artista trans sudaca Susy Shock.
Somos muchas personas quienes no queremos más una humanidad centrada en obtener más riqueza a costa de otras personas, que sólo mira su propio ombligo, que ve cadáveres pasar sin inmutarse, que no se sensibiliza con las niñeces, a partir de la ternura y el respeto mutuo.
Queremos, necesitamos, una humanidad que junte sus propios pedazos y arme nuevos rompecabezas. Que no falte nadie en ese rompecabezas; y que, sobre todo, sea armado por todas las personas, sin distinciones.
Una nueva humanidad que no sea sometida por unos pocos, herederos de un sistema adultocéntrico, cisheteronormado, capitalista, colonial (entre tantas otras formas de opresión) que golpean especialmente a quienes son de abajo, a los sectores populares, a quienes cuestionan y transforman, a quienes no nos damos por vencidas, a quienes rompen los cercos entre generaciones, y a quienes se animan a saltar esas paredes y crear nuevas formas de relación inter e intrageneracional… En definitiva, a quienes queremos otra humanidad y luchamos cotidianamente por ella, porque no nos resignamos a que los sueños de las nuevas generaciones reflejen la muerte de los nuestros.
Gabriela Magistris y Santiago Morales
Fragmento de la presentación
Gabriela Magistris y Santiago Morales (comps.)
Autorxs:
Alejandro Cussiánovich – Camila Condorí – Eliud Torres – Gabriela Magistris – Gael Palape – Guadalupe Almirón – Julieta Solange Lopez Olea – Marcia Mara Ramos – María de los Ángeles “Chiqui” González – Marta Martínez Muñoz – Mateo Llanquinao – Monserrat Franco Alba – Santiago Morales