DesAprender la no enseñanza: Luchar por vivir cuando nos están imponiendo la muerte

El 28 de marzo nos encontramos con Gloria Muñoz Ramírez en la Casa de la Cultura de La Legua, para presentar su libro “Flores en el Desierto: 10 mujeres del Concejo Indígena de Gobierno”. Fue una buena excusa para encontrarnos y contarnos la vida, la fuerza y lucha del día a día, entre compas, amigas y hermanas… Y se dio el espacio para conversar con Gloria, de su libro y las mil historias que se añaden cada vez que nos juntamos a hablar de él.

Por Huiträn

14 años han pasado desde que Gloria Muñoz Ramírez –periodista militante de Desinformémonos- trajo El Fuego y la Palabra, libro que narra la historia del EZLN desde adentro; y ahora nos re-encontrarnos con las Flores en el Desierto. Mujeres del Concejo Indígena de Gobierno.

Como acostumbramos, los lanzamientos fueron semilleros desde la comunión de esfuerzos con diversas organizaciones, para hacer circular la palabra de nuestras experiencias y ver cómo nos reflejan estas 10 Concejalas del CIG y se relacionan con nuestras historias de vida, haciéndole frente al racismo, al machismo, al despojo, a la represión y militarización, frente a los megaproyectos extractivistas. Estas son 10 historias de quienes dijeron ¡Nunca más una vida sin nosotras, porque decidimos vivir!.

Esta entrevista la realizamos en el lanzamiento junto a Gloria, en la Casa de la Cultura de la Legua (28 Marzo), en el marco del 1er Ciclo de la Mujer Pobladora. Como dijo al iniciar la conversa Ana María Osorio de la Casa: esta es una invitación a reconstruir la historia de las mujeres de la población, por eso están presentes las pobladoras del taller de Tejido y los Tinkus Legua. También estuvo presente Francisca Fernández, del Movimiento por el Agua y los Territorios, Cerro Blanco y de las Danzas Andinas.

En este semillero circuló la palabra en torno a la importancia de hacer una historia desde nosotras, reconstruir la larga memora histórica, las resistencias que florecen en un país que lo convirtieron en desierto, la importancia de construir comunidad y la lucha por politizar la vida diaria. Reconocimiento del que se toma conciencia hacia las mujeres que vienen sosteniendo la lucha hace décadas –como lo mostró la multitudinaria y reciente movilización del 8 de Marzo-, lo cual ha permitido mantenernos vivxs, de pie, en defensa de nuestro cuerpx-territorio colectivo y material como sistema integrado. Rescatando la sabiduría ancestral, nos damos cuenta de nuestrxs propixs saberes, que al entretejernos en vínculos afectivos también avanzamos contra la máquina de muerte, por lo cual ahí germina el/la cuerpx-territorio como cuerpx-colectivo material en resistencia hacia los despojos. Es decir, cuerpx-territorio en tejido con la colectividad, siendo ésta la escuela, el sindicato, el centro cultural o la casa de salud, la colectividad es nuestra estrategia de autodefensa. Disputar las memorias para poder renombrarnos, desAprender la no enseñanza inculcada por nuestrxs mapadres, por nuestrxs abuelxs, para luchar por vivir cuando nos están imponiendo la muerte… son algunas de las semillas que se esparcieron en el territorio leguenche.

Dentro de la última visita al sur del continente, ya pasando por Argentina y Chile –posteriormente a Uruguay- ¿qué es lo que puedes rescatar?

Creo que el principal componente de este breve recorrido ha sido encontrarme con una fuerza, una vitalidad de las mujeres, impresionante. No nada más es la marea verde, es un potencial desde los barrios, desde las comunidades que estoy recorriendo. Como aquí en La Legua, encontramos un potencial enorme, una vitalidad, una fuerza en medio de un territorio que está sumamente violentado. Entonces eso es lo principal. También vi muchos jóvenes en la calle, en las luchas, en la organización, en la universidad…los jóvenes haciendo cosas. Tengo el privilegio, creo, de haber recorrido una parte del continente que sigue diciendo NO a la devastación, NO a la aniquilación y diciendo SI a la vida de muchas maneras.

¿Qué cambios puedes ver en la actualidad con otros recorridos que has hecho anteriormente? Ya que habías venido 14 años atrás a lanzar el Fuego y la Palabra.

Lo que vemos desde México aquí al sur, lo que estamos viviendo todos, no. Que es un recrudecimiento del capitalismo, una política salvaje de arrinconamiento hacia los sectores que resisten, hacia la clase trabajadora, los adultos mayores con sus jubilaciones, con sus pensiones, a jóvenes que se les está arrebatando el futuro, mujeres a las que se les está violentando, indígenas a los que se les está quitando territorio, megaproyectos que se imponen en todos lados. Pero al mismo tiempo que vemos todo eso, lo que yo rescato es que frente a los despojos hay gente que está resistiendo, que frente a las políticas patriarcales están las calles llenas de mujeres, que frente a esta juventud que se le cuestiona, que se le critica que es una generación digital no es cierto, también están en la calle haciendo cosas, haciendo murales, haciendo cosas creativas y frente a un mundo económico que los excluye, se están organizando en cooperativas. No me quedo con la parte de la devastación sino con la parte de estas pequeñas, medianas o grandes organizaciones sin importar el tamaño.

Desde este contexto actual, en México, ¿cómo están viviendo este paso hacia los gobiernos progresistas?

Prácticamente recién inicia el actual gobierno de Antonio Manuel López Obrador, que se presenta como un gobierno progresista tanto en México como el resto de continente y del mundo, y que en realidad está mostrando desde la campaña y ahora siendo ya presidente, un programa absolutamente neoliberal, un programa desarrollista que se basa en los recursos naturales de los pueblos; un programa que no contempla políticas de género, no les importa; un programa que intenta sanar a un país adolorido por una guerra impuesta contra el narcotráfico y que intenta resarcir con un recrudecimiento de la militarización del país, con la instauración de una Guardia Nacional que eleva a rango constitucional las acciones, la participación de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública. En un país que tiene 200.000 asesinadxs y 40.000 desaparecidxs, y muchxs de ellxs vinculadxs, justo, a diferentes sectores de las fuerzas armadas y represivas.

Debo decir, de manera muy clara, que también hay una enorme expectativa en que haya un cambio, venimos de una guerra que ha arrojado lo que ya mencioné, y que hay grandes sectores de la población que tienen una expectativa, una esperanza, que tienen una apuesta cifrada en él y que en este momento tiene un fuerte rango de legitimidad. Es decir, llega a la presidencia con un nivel de aceptación incuestionable y además con todas las cámaras de su partido, o sea con mayoría absoluta en cámara de diputados y cámara de senadores, con muchas gobernaturas, muchas presidencias municipales. Y esto le da un poder enorme, con esta legitimidad están aprobando proyectos que la derecha no tuvo cómo, te voy a decir uno muy claro, la termoeléctrica en el estado de Morelos -la tierra de Emiliano Zapata- en donde en campaña el 2014 y el 2018 dijo que no se iba a construir, el 2019 dijo que va, por eso la gente está profundamente decepcionada. Hay un contexto difícil y no se trata de cuestionar a un hombre que llegó al poder, sino al modelo de desarrollo que continúa con las políticas que ya conocemos.

En esta continuidad, ¿se están profundizando estas políticas extractivistas que ya se venían desarrollando?

Así es, se están profundizando e insisto, de alguna manera habíamos tenido una lucha contra muchos de estos megaproyectos que algunos se pudieron hacer, otros se pudieron parar desde la izquierda, la militarización, la ley seguridad del interior, se pudo parar el año pasado con la gente en las calles y ahora no. Ahora se instauró esta guardia nacional, se están echando a andar estos megaproyectos y la resistencia está en los pueblos no en las calles de las ciudades. Además con un clima de linchamiento a todo el que cuestiona, como si todo el que cuestiona fuese de la derecha y no desde los pueblos o desde una izquierda crítica no partidista.

Desde estas organizaciones no partidistas, en donde el zapatismo es una de las organizaciones más importantes de la lucha anticapitalista, ¿cómo podrías explicar los cambios que ha venido teniendo el EZLN y cómo se relaciona con el Congreso Nacional Indígena?

El zapatismo sin duda sigue siendo una de las experiencias más importantes en las luchas contra el capitalismo en Mexico, una referencia mundial de esa lucha antineoliberal. En México además es la experiencia que abarca mayor extensión territorial, no nada más con un plan defensivo sino con una ofensiva permanente que tiene que ver con la construcción de autogobiernos en sus territorios y con la cual están demostrando que hay otra manera del ejercicio del poder, que tiene que ver con la horizontalidad, con el mandar obedeciendo, con la permanente vigilancia de quienes ocupan estos cargos. Es una experiencia que sigue conectando a grandes sectores de la población, no nada más indígenas como fue el Encuentro de Mujeres del año pasado (2018) en donde convocaron, creo que en el mundo fueron las que más mujeres convocaron en sus territorios. Hay medios de comunicación y sectores de la población cercanos al actual gobierno, que dicen que los zapatistas ya no existen y bueno tendrían que haber ido a ese encuentro del 2018 y nada más se hubieran dado cuenta que existen esos territorios y siguen convocando a gente de México y de todo el mundo.

Entonces, de cualquier manera hay una ofensiva neoliberal no nada más en contra de estos pueblos, sino en contra de todos los territorios donde hay recursos naturales. Aquí es muy importante la organización del Congreso Nacional Indígena y del Consejo Indígena de Gobierno, que conformaron en el año 2018, en donde se está fortaleciendo justo la defensa de los territorios. No nada más las luchas locales, sino con una red de pueblos que están defendiendo el territorio en su conjunto. Vuelvo al ejemplo de la termoeléctrica, el 9 y 10 de abril próximo está convocado un encuentro nacional en este lugar, donde se está imponiendo esta termoeléctrica (Morelos) y donde fue asesinado un defensor de Derechos Humanos que se llama Samir Flores, en donde todo el Congreso Nacional Indígena y el Concejo Indígena de Gobierno están respondiendo y se van a tomar Chinameca, donde fue asesinado hace 100 años Emiliano Zapata y donde el gobierno federal tenía una celebración oficial que los pueblos no van a permitir.

Esta rearticulación que se ha armado con el CNI, en donde se ven una diversidad de luchas hacia las políticas extractivistas ¿cómo ha logrado fortalecer al mismo Congreso?

La iniciativa del Concejo Indígena de Gobierno hizo crecer al Congreso Nacional Indígena, fortaleció las luchas locales y los llevó con el recorrido de Marichuy a relacionarse, a juntarse con pueblos o que no estaban en el CNI o que se habían alejado del CNI y que regresaban en esta coyuntura. También nos cuentan estas 10 mujeres, que ha fortalecido mucho la participación de las mujeres en toda la lucha, en todos los pueblos indígenas y no indígenas, y que ha fortalecido también, la lucha y la organización local.

¿Cuál(es) podrías decir que son el/los rol(es) de las mujeres de estos diversos pueblos en sus comunidades?

Sumamente vital y diverso. No podemos hablar de que todas siguen el mismo proceso y de que todas se encuentran en el mismo momento. Lo importante, justo, es que cada una de estas mujeres sigue su propio ritmo, en sus propias comunidades y de acuerdo a los diferentes procesos o niveles de su lucha. No es homogéneo y eso me parece una característica bien importante, porque no son decretos que se establecen para que las mujeres ocupen determinado lugar en la lucha. Si no que son procesos que ellas están viviendo y que ellas están arrancando en sus comunidades y en sus organizaciones. Entonces se están imponiendo, literalmente, en diferentes cargos, en las comunidades indígenas zapatistas claramente ocupan todos los niveles de gobierno y todas las estructuras de la autonomía, y en el caso del resto de las mujeres, todas son concejalas, hay 100 concejalas. Tienen una representación directa de los pueblos y una representación y reconocimiento de sus asambleas. O sea no son mujeres que se eligieron así no más o que se autoeligieron. Eso ya las pone en otro lugar, por supuesto, y son luchas dentro de la lucha también. No son cosas, insisto, que se den por decreto sino que cada una de ellas sigue un proceso interno propio y un ritmo propio. Muy importante recalcarlo, no es lo mismo el proceso de Marichuy que el de Magda, que el de Lupita, que el de Rocío, pero definitivamente todas ponen el cuerpo, todas tienen una participación impresionante en la lucha organizativa y todas se reivindican con la exigencia de su participación y de ser tomadas en cuenta. No nada más que como indígenas, no nada más que como activistas, sino que como mujeres.

Vamos a poner el ejemplo de la presentación que acabamos de tener aquí en La Legua, lo que me compartieron las compañeras durante y después de la presentación, es que se identifican porque son mujeres como cualquiera. Es decir, no son las mujeres encumbradas en los altos balcones con los grandes discursos, pero sí tienen una palabra muy potente, tan potente como la que tiene la tejedora, la vendedora ambulante, la compañera que hace un colectivo de hortalizas. Su potencia está en la organización común, en la organización de la tierra, en la que está al alcance de todxs, en la organización de a pie y yo creo que eso es lo que pasó aquí en La Legua el día de hoy: una identificación, un reflejo, una resonancia, un reflejo de sus propias vidas porque son mujeres que también han sido violentadas en sus casas, por la policía o también han tenido que salir a luchar por la energía eléctrica o porque las dejen vender sus productos en la calle, como cualquier mujer. Y entonces te pasan todas las violencias y aún así siguen de pie, siguen en lucha porque no son mujeres victimizadas o re-victimizadas son mujeres que, tú ves las fotografías y están todas sonriendo, todas están de pie como las que estaban aquí, con su propia historia. Esto es lo principal de estas Flores que estamos presentando, que cualquiera es una Flor, la rascas tantito y cualquiera tiene una historia fuertísima y potente.

Algunas palabras para las Flores en el Desierto de estos territorios…

Lo que invitaba aquí y las compañeras me lo mencionaban, que todas deberíamos escribir un pedacito de nosotras para tejernos con otras flores y que eso es una potencia, entre tantas otras… que nuestras historias nos potencien, que el espejo de nuestra resistencia nos une, que el solo juntarnos nos hace fuertes y que juntarnos no es el gran espacio de 3000 mujeres sino que si nos juntamos 4 a tejer, como las que vinieron, eso ya nos lleva a una organización diferente y a no sabernos solas en este mundo y en esta vida. Lo que hacemos todas, de todas las edades, de todas las comunidades, luchamos por vivir cuando nos están imponiendo la muerte.

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