El enemigo invisible y la Era pos Covid

Ana Claudia Molinari[1]

I. Gringolandia pierde su hegemonía

El año 2020 comenzó en el planeta Tierra con amenazas de guerra mundial: el asunto del asesinato en Irak de un general de apellido Soleimani, un tipo con muy alta jerarquía política en Irán. Existen informaciones para congeturar que la orden de matar al militar persa, pudo venir de un poder arrogante dentro de los Estados Unidos. País que está terminando el 2020 con una fractura social profunda y el fracaso en las urnas del candidato del Partido Republicano, a pesar de los más de 70 millones de votos a su favor. De tal suerte que la guerra intestina, está más que latente que nunca.

Geopolíticos avisados han advertido que la derrota de Donald Trump en su intento de reelección a la presidencia de los Estados Unidos (el pasado 3 de noviembre) está relacionada de manera determinante, con su manejo torpe, egoísta y cínico de la pandemia de Covid 19. No sólo al interior de Estados Unidos, sino y sobre todo, a nivel internacional.

De acuerdo con Alexei Pushkov, influyente senador ruso, citado recientemente por Alfredo Jalife, en su columna Bajo la Lupa, un nuevo orden mundial emerge encabezado por Rusia y China. Nuevo orden que deja en tercer lugar a EU y lo rebasa de manera definitiva. Y aunque Jalife concluye que la tendencia al colapso de USA, venía notándose desde principios del siglo XXI, el politólogo ruso Pushkov, marca un momento para dicho colapso: Now. La caída del imperio yanki ocurre YA, más temprano que tarde, a causa de los errores cometidos por el gobierno de EU en el manejo de la pandemia de Covid 19 y su falta de apoyo a países de Europa y la OTAN, además de sus ataques verbales a China.

Esta pandemia, decretada con ese título por la OMS en marzo pasado, así como las políticas epidemiológicas de confinamiento masivo que esta institución impulsó, se transformaron en una energía de bumeran para el poder en la Casa Blanca. No de gratis, Trump ordenó suspender el subsidio que su país otorga a la OMS, tras encolerizar al acusar a la institución de no informarle a tiempo ni bien, sobre lo que estaba ocurriendo en China a principios de enero, con la epidemia de un nuevo coronavirus, nombrado Sarscov2. Virus que en ciertos individuos tendencialmente vulnerables, por vejez, desnutrición o enfermedades previas (co morbilidades como diabetes, hipertensión y obesidad), puede provocar, entre otros daños, una neumonía atípica con inflamación pulmonar y paro respiratorio.

A mediados de año, en un tuit, Trump acusó a China de cultivar el virus en un laboratorio y de haberlo dejado escapar… ¡Ojo! Desde China, un red social dejó sembrada la misma idea pero con el equipo contrario: fue el ejército de los Estados Unidos el que diseminó el patógeno virus en la provincia de Wuhan. Por su parte, la OMS rechazó la sugerencia de que el Sarcov2 es un virus mutado en laboratorio.

No existen mayores evidencias (ya publicadas) para asegurar que Covid19 podría ser parte de una guerra bacteriológica, que el virus se escapó de una caja de petri y no directamente de un mamífero asiático. Pero no es descabellado suponer que Sarscov2, es un producto de manipulación genética. De hecho, la tecnología que permite modificar genéticamente a los virus in vitro, existe y es parte estructural de la elaboración de vacunas hoy en día.

En paralelo, otra teoría sustentada por ambientalistas, biólogos y especialistas en el tema, sostiene que la mutación del Sarscov2, que hizo posible que repentinamente este virus comenzara a enfermar a humanos, pudo generarse en una granja de producción industrial de animales para alimento humano.

Finalmente, para mediados del año pandémico, ¡EU se convierte en el foco rojo de infección de Covid 19 más grande del mundo! Con casi la mitad de los infectados de la tierra entera. El ex país más poderoso del mundo, dejó expandir la epidemia hasta la Casa Blanca, donde el mismísimo presidente de los Estados Unidos y otros miembros de su familia y gabinete, resultaron portadores del “virus chino”, poco antes de las elecciones de noviembre. Mientras tanto, China, ejecutando un impresionante sistema de cibercontrol social y disciplina, se recuperó con fortaleza de la epidemia y antes que termine 2020, ha superado la crisis de salud que enfrentó desde comienzos de este año fatídico.

El problema político más grave de los Estados Unidos no es sin embargo, la pandemia. En todo caso, llegó el momento en que su sistema de gobierno, paradigma universal del progreso, caducó. La estadounidense parece ser una democracia de obsolescencia programada. Una democracia desactivada desde las entrañas del poder político. Envenenada por el discurso presidencial, acribillada por las televisoras que decidieron, en nombre de la libertad, silenciar por mentiroso al presidente de su país, cuando éste daba un mensaje en vivo a la nación. Seguramente es por eso, para distinguirse de la maloliente democracia americana, que el senador Bernie Sanders, el auténtico líder de los jóvenes, las mujeres y los afroamericanos del Partido Demócrata, se autodenomina “socialista”. En fin, todo este enorme conflicto entre demócratas y republicanos en EU denota la gestación de una segunda guerra civil americana, un quiebre, una ruptura definitiva entre dos modos de entender el capitalismo.

Trump se devela como el líder de los neo esclavistas-nacionalistas y el combo Biden-Harris, solo parece servir al capital financiero y a quienes pretenden maquillar al cadáver de la democracia.

Mientras EU colapsa, el mundo da señales de evolución: un pequeño país brilló en el planeta por su humanidad amorosa, Cuba, por supuesto. Con su solidaridad prestada a montón de países para enfrentar la epidemia con especialistas y terapias cubanas. El ejemplo cubano de enviar médicos a países en problemas sanitarios no fue replicado por nadie. Su generosidad no es para un aplauso, ni para un premio nobel de la paz (que por supuesto no le fue otorgado), su ejemplo amerita una lluvia de estrellas.

Desde el mismo ángulo, el mundo descubrió que el pueblo chileno leyó cantidades extraordinarias de libros durante la cuarentena, al tiempo que mantenía vivo su movimiento por la nueva constituyente en un nuevo Chile; que las mujeres gobernantes del mundo tomaron decisiones más efectivas y respetuosas respecto a la epidemia en sus países; que el pueblo boliviano resistió y rechazó el golpe militar igual que el peruano; que los pueblos indígenas mexicanos se mostraron soberanos, por su capacidad de organización comunitaria que los protegió de todo contagio. Lo maravilloso de estos casos es que deslumbran y que nos muestran que hay luz sobre el camino hacia el pos capitalismo.

 II. Planeta Gaza

La forma en que todos los países subordinados a la OMS están enfrentando el control de la enfermedad Covid 19, nos está transformando en el planeta Gaza. De pronto nuestros territorios ya no lo son; se prohíbe jugar en los parques, se prohíbe reunirse con otras personas, se prohíbe tocar a otras personas, imposible besarlas. El espacio se reconfigura y se nos advierte que por el bien de todos y hasta nuevo aviso, quedamos confinados a nuestra pequeña franja de espacio vital mínima. Ay de aquellos que no tienen casa. Desde este año y por el bien de “los esenciales” (nuevo sujeto social del pos Covid), los que no tienen un domicilio fijo y han sobrevivido en las calles, deberan salir del mundo por la puerta de atrás.

¿Por qué razones tenemos que sacrificar todos los derechos humanos, como la educación de los jóvenes, el libre tránsito, la libre convivencia, con tal de evitar enfermar o transmitir una sola enfermedad? Muy pronto los únicos derechos que se mantendrán vigentes serán, el derecho a sacar al perro a pasear y el derecho a enfermar. Aquí es pertinente advertir que estadísticamente hablando, las personas fallecidas hasta hoy, casi todas por complicaciones con Covid 19, representan una minoría ínfima, en relación a los casi ocho mil millones de habitantes humanos que poblamos hoy el planeta. Hay otras enfermedades mucho más letales para las que no se implementa un operativo de prevención por parte de los gobiernos, ni le interesa a las farmaceúticas producir vacunas. Mucho menos se detiene el mundo por la muerte que causa la guerra, el cierre de fronteras, los golpes de Estado, la violencia criminal, la dominación machista, el hambre o el despojo a los pueblos indígenas. ¿Por qué importa tanto combatir esta nueva enfermedad con medidas totalitaristas?

Entre las discusiones suscitadas en el planeta a raíz de la parálisis social que provocó la utilización de cuarentenas masivas y prolongadas, así como recurrir en muchos países de primer orden, a penas judiciales y toques de queda para contener la acción patógena del virus, está la del costo social y económico del método.

De acuerdo con expertos científicos, en los próximos años morirán de hambre en el mundo, más de cinco millones de humanos ¡cada dos meses! Es un hecho terrible que en términos demográficos, el modelo de la parálisis social no salvará más vidas de las que se perderán a causa de la parálisis económica subsecuente. Los que no tienen conexión a internet serán los primeros en morir, imposibilitados de vender su fuerza de trabajo, estudiar o gestionar servicios, sin la intermediación de las redes cibernéticas. De todos modos, los empresarios pugnan por continuar con la marcha de la economía, a sabiendas de que si se trata de “gente desechable”, es más rentable que la máquina siga funcionando.

Datos de la OIT aseguran que durante los próximos meses, 1.600 millones de personas podrían perder su empleo, a causa del confinamiento prolongado. De suerte que el futuro inmediato se pinta con un recorte de personal archi millonario en un capitalismo de ciberprivilegios. Al mismo tiempo, menos de 500 millonarios ganaron 800 mil millones dólares en medio año de pandemia, según los datos del periodista David Brooks, en el periódico La Jornada.

Las fronteras humanas se activarán estilo la Franja de Gaza, en la heroíca Palestina. Millones de personas en el mundo morirán literalmente de hambre, desposeídos de su habitat anterior a esta epidemia. Mientras tanto, unos cuantos se están enriqueciendo obsenamente, haciendo negocios con la reconversión tecnológica que implica el nuevo mundo del no contacto, o bien, con las vacunas antivirales, que ferozmente comenzaron a elaborar las farmacéuticas este mismo año.

Es tal el cambio de paradigma, que pensadores lúcidos y documentados, como Ignacio Ramonet, en un largo ensayo titulado, “La pandemia y el sistema mundo”, firmado en la Habana el 25 de abril de 2020, definió a la pandemia como “un hecho social total”, que está conmocionando TODO. Por su parte, la escritora india Arundhati Roy, describió esta pandemia como un portal, vamos a otro tiempo, escribió, a otro orden social, mientras nos cuestionamos a nosotros mismos y experimentamos energía transformadora.

 

III. ¡Se propaga la fascistitis!

A los diseñadores del planeta Gaza les queda claro que lo que tienen que hacer es conducir a los consumidores a una cultura del toque de queda. Cultura en el sentido capitalista, como un ramillete de hábitos inducidos, con fines económicos o políticos mercantilistas.

La industria de la inducción del miedo se legitima con el argumento de la salud, del cuidado de los adultos mayores y de la vida de las personas. El miedo al contagio y el estigma de culpable de la propagación del virus, pesan sobre los ex ciudadanos que aceptan como naturales e incluso con responsabilidad, las medidas de mitigación que implican la interrupción del contacto físico y del movimiento. El miedo al contagio hace posible la sumisión al control totalitarista y vertical. Al parecer perdimos para siempre la libertad de tránsito y ni cuenta nos dimos.

Una vez diseminado el miedo al otro ¡se propaga la fascistitis! Un impulso irrefrenable por reprimir las conductas de los demás, justificado en un juicio de valor en el que lo más importante en el universo, es salvarse del contagio viral. Surgen gurús del tapaboquismo, gente experta en control vecinal, parientes controladores, epidemiólogos de academia militar. Promover el fascismo por las redes comunicacionales se volvió democrático, cualquiera puede hacerlo. ¡Las fake news se viralizaron! Y se comprobó que lo más lucrativo, además del odio, es el terror al enemigo invisible.

A fin de cuentas, la evidencia estadística demuestra que a la infancia no le afecta significativamente esta nueva enfermedad, tampoco a la juventud fuerte y trabajadora. ¿Por qué entonces la OMS prescribe la receta a los países del mundo y los gobiernos aceptan aplicar protocolos de control de masas? Protocolos que han logrado cerrar por meses enteros universidades y escuelas en casi todo el mundo, bajo una gerontocracia que asegura que si los jóvenes van a la escuela, regresarán a casa portadores asintomáticos del virus, a contagiar y causar la muerte de sus abuelos. ¿Es de verdad? Finalmente, después de casi un año lidiando con un “enemigo invisible”, la UNICEF comienza tímidamente a sugerir que mejor sí se abran las escuelas, no vaya a ser que tengamos la generación perdida del coronavirus.

Detrás de la fascistitis que padecemos hoy en día está una perspectiva militarista de la salud-enfermedad. Nunca se ha puesto a debate otra manera de equilibrar nuestra realidad. ¡El coronavirus es la nueva mitología de la belicocracia! Su verdad reza así: -Por tu bien, quédate en casa y si tienes miedo, cómprate un arma de grueso calibre. Recuerda, quédate en casa, en lo que por fin acabamos de crear la vacuna que te protegerá y que te venderemos a la fuerza, aunque solo seas un conejillo de indias-.

Este año, los estadounidenses, un paradigma en el tema, compraron 17 millones de armas de fuego en unas cuantas semanas, justo antes de las elecciones presidenciales, preparándose para enfrentar a los que no son como ellos. El riesgo de tener armas es que por su potencial mortífero, éstas empoderan a su poseedor. Y el poder es una relación que siempre se ejerce.

Además del incremento en la venta de armamento y seguramente en producción e innovación de tecnología para la guerra y el espionaje, el motor económico de nuestros días está en la producción de vacunas. Si los laboratorios occidentales no pueden inventar rápido el antídoto, baja la Bolsa, si esa misma voz declara extra científicamente que ya casi está lista la esperada vacuna, amanece a la alza la actividad bursátil en Nueva York. Mientras la OMS también se empodera y va dictando con aires de expertís confiable, el nuevo decálogo para la nueva religión. ¿Quién está detrás de la OMS y ordena el nuevo mundo? Analistas políticos, periodistas, investigadores de diversos países han evidenciado la realidad del financiamiento de la OMS, que si bien es un organismo de la ONU, está siendo prácticamente privatizada, sostenida con dineros de fundaciones como la de Bill y Melina Gates, interesadas, no solo en la generación y aplicación de vacunas con beneficio para ciertos laboratorios, sino en empujar la agenda de un gobierno mundial.

IV. El enemigo invisible

Al nuevo virus causante de Covid 19 Trump lo bautizó como “el enemigo invisible”, antes lo había llamado “el virus chino” y “el virus extranjero”. Pero cuidado con comprarnos esa retórica racista. El virus en sí, no es un enemigo ¿de quién o por qué?

Los virus son fragmentos de la sopa cosmológica de la vida y se conocen más de 3 mil especies, desde el siglo XX a la fecha. Hasta antes de los microscopios potentes, el sapiens no reconocía la existencia de estos micro organismos parasitarios. Los virus no son enemigos a priori. El enemigo es un sistema capitalista que libra una guerra contra un virus hecho a su imagen y semejanza.

Una hipótesis pertinente sugiere que, en su origen, los virus pudieron haber evolucionado a partir de las bacterias, o de fragmentos de material genético de bacterias, que lograron permanecer y reproducirse en la forma de parásitos. Es decir, utilizando el instrumento del otro organismo para reproducirse ellos. Por su parte, las bacterias son organismos de muy pocas células, que desde el origen de la vida en la Tierra, hace más de 3,500 millones de años, han existido y mega poblado el planeta, al ser parte indispensable de todos los ecosistemas.

En resumen, de acuerdo con la retórica vieja y predecible del poder, si el virus es un enemigo, entonces lo correcto es montarnos una guerra contra él. El primer enemigo de los EU se llamó México, eso fue en el siglo XIX, cuando tras declarar la guerra, EU se apoderó de dos millones de km2 del norte mexicano. Pero hoy, siglo XXI, se llama “enemigo invisible”. Un enemigo invisible que justifica disparar contra Venezuela, migrantes, solicitantes de asilo, mujeres, niños, población afrodescendiente y demás enemigos de la democracia. Un enemigo invisible que justificó que el gobierno de Estados Unidos no ayudara a sus aliados más cercanos de la OTAN, ni orientara a sus ciudadanos de manera científica, sino con frases ignorantes y peligrosas.

Si las vacunas se implantan como principal política sanitaria a nivel mundial, los gobiernos esperan entrar en lo que ellos llaman, una fase de desescalada de la cuarentena. “La nueva normalidad”, habrá sido entonces una etapa transitoria hacia la Era pos Covid, que estará carcterizada por el control del movimiento del homo pánicus por medio de vacunaciones masivas, cartillas sanitarias y sistemas cibernéticos de localización.

En este momento hay en todo el mundo un poco más de 130 vacunas experimentales en la llamada fase tres, pero solo unas cuantas están en la cabeza de la carrera por encontrar una que sea eficiente. La guerra de las vacunas es librada por tres bloques con tecnología e investigación de punta: Gran Bretaña-Estados Unidos, Rusia y China.

Rusia anunció la producción de una vacuna ya probada, la Sputnik V. Según la prensa rusa, esta vacuna está lista, se está produciendo e incluso aplicando a los militares de aquel país y ya está al alcance de la población civil. Pero al parecer, la Sputnik V, la única que ha publicado en una revista científica resultados no parciales, no forma parte de la cartera de la OMS. Incluso se ha boicoteado en Occidente la difusión de su existencia o se ha minimizado su capacidad inmunitaria.

La apuesta de la OMS es por las vacunas del bloque anglosajón. Lo malo es que estas vacunas siguen en fase de prueba y que sin haber demostrado su eficacia de manera seria, están siendo mercantilizadas más temprano que tarde. Cuatro países ya han aprobado la vacunación de emergencia con una vacuna de este bloque, entre ellos México.

Una de las objeciones que han hecho científicos del mundo es que estas vacunas se fabrican en base a material genético de RNA proveniente de los virus, con una tecnología nueva, que evidentemente apenas va a demostrar su efectividad. Además de que aun no se sabe si tendrán efectos colaterales o contraproducentes, este tipo de vacunas requiere de una tecnología cara y todavía escasa para mantener una refrigeración de menos de 70 grados celsius, que hace materialmente difícil hacerla popular. Viene frío el futuro y se impone un régimen deshumanizado.

V. La Era pos Covid

Dicen los expertos que nada será como antes de esta pandemia; se habla ya de la Era pos Covid. Así como millones de cristianos en el mundo cuentan un antes y un después de Cristo; o en versión no religiosa, se cuenta antes y después de Nuestra Era, así el mundo occidental contará el tiempo desde este año de 2020, como antes y después de Covid 19.

Voceros de los organismos mundiales, han advertido, que el tiempo pre Covid (entiéndase nuestras vidas, tal cual eran hasta finales de 2019), ha quedado atrás. Lo pre Covid es cosa del pasado. Y en el capitalismo, el pasado, se borra. Lo que importa cuenta a partir del día en que nos convertimos al culto del gel antibacterial. Una vez escalada la cuarentena y desarrollada vertiginosamente la carrera microbiológica por encontrar y patentar las vacunas, el mundo pos Covid estará organizado a partir del control de jaulas. Es decir, ex países que deberán, si quieren seguir existiendo, mantener al día su cartilla sanitaria; los gobernantes deberán ocuparse de controlar el movimiento y el contacto de los ex seres humanos, por medio de una red de semáforos, fases, códigos QR y filtros presuntamente sanitarios. ¿Cómo será el tiempo pos Covid? Sin duda será un mundo frío y hostil, de no contacto físico entre personas; racista, militarizado, biocontrolado y ciberorganizado.

En este nuevo orden mundial de emergencia epidemiológica, se fomenta el encapsulamiento y el confinamiento “voluntario” de las personas, al mismo tiempo que los empresarios se disputan los negocios del mundo pos Covid y hacen fortunas económicas jamás imaginadas hasta hoy. También la industria armamentista y los ejércitos comienzan a apoderarse de todo lo que queda y a ejercer un régimen de bioseguridad perfectamente legitimado. Los gobiernos actúan como autómatas y sirven la mesa a los capitales. La democracia y el golpe de Estado son dos caras de la misma moneda.

Pero ¡atención! Todo lo va a trastocar, no la neumonía atípica, sino la guerra atípica que esta pandemia significa. Lo que podemos inferir desde esta orilla muy lejana al centro, es que La Era pos Covid 19 está diseñada para establecer nuevas fronteras, con un estilo sionista de ocupación de los territorios. Con gel antibacterial untado por todo el cuerpo, trajes de austronautas y pequeñas familias pudientes, cómodamente instaladas dentro de edificios B Grands y conjuntos habitacionales inteligentes y auto regulados.

Los gobiernos de derecha son los primeros en aceptar la reconversión: reditúa en un control inmediato, con acción pública perenne de militares y policías, tolerada por la sociedad. Definitivamente la extrema derecha es la que más rápido parece adaptarse al nuevo régimen y lleva mucha delantera. Pero en esta coyuntura se reconvierten las farmacéuticas, la industria de la moda, las empresas que entregan algo a domicilio, las empresas de apps, software, servicios de control digital, las empresas de homework: todo o casi todo el conocimiento se transmite ya por la red. Lo primero que se beneficia es el sistema de ventas por internet, todo tipo de mercancías y saberes: desde cursos para sobrevivir a la cuarentena, hasta talleres de cómo limpiar tus brochas de maquillaje en esta temporada de pandemia.

Otros ganadores: los organismos financieros que ya le están prestando a medio mundo. Finalmente varios analistas advierten que habrá un gobierno mundial digital y la web será privatizada.

Millones seremos mudos en el nuevo mundo, desposeídos, contagiados y no esenciales.

VI. Afuera no te cuido solo adentro…[2]

El pos Covid es entonces una nueva lógica de organización social mundial, sustentada en la tecnología cibernética, que establece la primera frontera entre los confinados y los esenciales. El adentro y el afuera. En casa la protección, en las calles la potencialidad del contagio.

Si está uno en casa, y somos millones, es porque se puede. Afuera están los sin agenda, las madres que buscan a sus hijos desaparecidos, los desplazados por la guerra y el despojo, los niños sin casa, nómadas y poetas vagabundos. Afuera están los condenados de la tierra, buscando desesperadamente cómo mutar para sobrevivir, afuera los contagiables. Sin embargo, para que millones de seres humanos permanezcan en sus casas conectados a sus dispositivos electrónicos, es preciso que otros tantos hagan las tareas que las máquinas aun no hacen. A este sector de la sociedad se le ha llamado, los esenciales: médicos, enfermeras, basureros, cocineros, entregadores, pilotos, choferes, albañiles, maquilistas, obreros, agricultores.

La cuarentena permanente evitará que muchos se contagien, pero hará posible otras catástrofes. Como por ejemplo, aumentar el nivel de desechos por miles de toneladas diarias. Los contenedores de toda la comida a domicilio, la cantidad de latas de cerveza, el cloro vertido y sus botellitas, las millones de agujas para la vacunación, o la envoltura química de TODA mercancía (para evitar el contacto) harán pequeños los basureros y los desboradrán. El mundo pos Covid estará lleno de basura que hoy estamos produciendo para evitar un contagio viral. Por lo pronto, la agenda contra el calentamiento global se ha nulificado ¿Cuál es la lógica, cómo y por qué se impuso?

Los trabajadores esenciales podrán conservar su empleo, las autoridades de Nueva York pusieron el ejemplo, ocupándose de retirar de las calles a los vagabundos, muchos de quienes se refugiaban en las estaciones del Metro. Política de bioseguridad, para tener un transporte público desinfectado, listo para ser usado por los esenciales, para que éstos puedan desplazarse y asegurar la existencia de los confinados.

Afuera están también los rebelados. La calle es hoy el territorio en disputa. La libertad de los pasos ha sido cancelada, pero el miedo inducido no es un instrumento 100% eficaz para los poderosos. Ante la injusticia, el hambre y el dolor, la gente reacciona y la okupación del espacio público se configura como el acontecimiento que marcará el 2021. De hecho, las rebeliones populares al nuevo orden mundial comenzaron hace meses en las calles de Estados Unidos. La atroz muerte de George Floyd, causada por la policía de Minneapolis, movilizó a miles de americanos en plena pandemia, para protestar por el racismo y el maltrato.

Tendremos que hacernos responsables de las vidas, atravesar muros, aprender a volar, saltar el torniquete, proclamar un pueblo planetario y hacer también un caracol donde vivimos. Emular a los pueblos mayas de Chiapas, quienes de hace tiempo nos vienen proponiendo una revolución para recuperar los territorios arrebatados históricamente por el capital, hacer comunidad con trabajo y escucha colectiva. Habremos que desafiar la plandemia de controlavirus, no con armas, no con dinero ni racismo ni fronteras, sino con una olla común, como nos proponen las mujeres chilenas. Tendremos que destruir el muro del dinero y su virus de guerra permanente y cocrear multiversos donde la paz y la justica seamos todes. La tarea es inmensa. La salida no es individual.

 

[1] Etnógrafa, profesora y escritora mexicana, doctora en Estudios Romanos por la Universidad de La Sorbona, Paris

[2] Frase de una canción del grupo de rock mexicano Caifanes

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Y tú, ¿Qué dices?

Escarleth (16 Dic 2020) —Buenísimo revelación. Estaremos más fragmentados y ello puede llevar al olvido.

LAURA MONSIVAIS (17 Dic 2020) —Excelente artículo, como nos ha acostumbrado la Dra. Molinari hace una lectura del momento actual desde varios enfoques, pero siendo el eje principal el humanismo y aunque no lo dice, nos muestra con su trabajo que la creatividad es indispensable como expresión y comunicación entre individuos y pueblos,